Amarrado, desprovisto de cariño y con la muerte asechándolo, El Borras fue descubierto por un grupo de entrenadores. Ellos le otorgaron una segunda oportunidad, Cuarón se encargó de hacerlo famoso.
Roma es un recuento de la niñez de su director, Alfonso Cuarón. Para su realización se construyeron sets tan grandes como la sala del Cine de las Américas. Otras escenas fueron filmadas en locaciones históricas. La Casa del Pavo, lugar donde comen Cleo y Adela en sus días de descanso, es una de ellas. Inaugurado en 1901, ofrece desde entonces sus famosas tortas de pavo y bacalao.
Pero hay un elemento en los recuerdos de Cuarón que no fue tan sencillo de reproducir. Se trata de su perro, ese que aparece en la película saltando y que deja su rastro en el patio. Ese mismo rastro es el que hace que el padre se moleste en demasía cuando mancha su zapato, y que Cleo tiene que recoger a diario.
El Borras es el perrito que interpretó a la mascota de la familia Cuarón. Es el mismo perro que todos debían de retener, so pena de que saliera huyendo a la primera oportunidad que tuviera.
Poco antes de generar empatía y aplausos, el Borras fue hallado en un lote baldío, completamente solo y amarrado a un poste. Dos entrenadores caninos encontraron al perro en una situación de inanición. Se apiadaron de él y lo rescataron. En un principio el diagnóstico no fue alentador. Un estado grave de salud que incluía deshidratación, pulgas, secreción en ojos y nariz, predecían el peor de los finales.
Poco a poco, y mediante un tratamiento, El Borras fue mejorando. En algún momento, la producción de Alfonso Cuarón comenzó la búsqueda de un can similar al que la familia tuvo cuando el director era pequeño. La producción se acercó a la Escuela Técnica de Adiestramiento Canino (ETAC) con la intensión de conseguir al intérprete perfecto.
Manuel Montero, uno de los dos entrenadores que rescataron al perrito, escuchó las características que la producción buscaba. Inmediatamente pensó en su amigo rescatado y lo propuso para desarrollar el papel. No obstante, advirtió que todavía se encontraba en recuperación.
El equipo de Roma quedó encantado con la apariencia de El Borras. El mismo Manuel decidió entrenarlo con la intención de adaptarlo a lo que el guion requería, mientras seguía su recuperación. Una de las acciones más requeridas por la película son los saltos en el portón. Mucho del tiempo de entrenamiento se llevó a cabo para reforzar y practicar sus saltos, a través de una pelota.
El Borras fue una excepción en un país donde el 70% de los perros se encuentran en condición de calle. México está situado en el primer lugar de América Latino en caninos en dicha condición. Asimismo, el 75% de los perros de calle no cuentan con vacuna o desparasitación en toda su vida.
Afortunadamente para nuestro perro actor, existen asociaciones como la AMAPAC, Asociación Mexicana de Adiestramiento de Perros A.C. Esta asociación no sólo dedica su trabajo a educar a perros de raza, sino que realizan la noble tarea de rehabilitar perros de la calle para que puedan integrarse a la sociedad con mayor facilidad, y así encontrar una familia que los adopte.
“No tengo cifras concretas, pero podría decirte que al año cada entrenador (de AMAPAC) tiene a su cargo aproximadamente a 60 perritos”.
Si hubiera un premio al mejor perrito en los Óscar, seguramente El Borras competiría con Charlie, mascota de A star is born. En esa película, Jackson y Ally adoptan juntos un perro, quien es parte importante de la trama. Lo que pocos saben es que Charlie es en realidad la mascota del actor y director Bradley Cooper. Asimismo, su nombre es parte de un homenaje de Cooper a su padre, de nombres Charles, quien muriera de cáncer en 2011.
Por su parte, El Borras vive felizmente con Alejandra, una entrenadora del ETAC. Junto a Charlie, nuestro nuevo perro favorito está en el Top 10, de la revista Vanity Fair, dedicado a las mejores actuaciones caninas en el 2018.
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