Cubrebocas translúcidos: La nueva creación de científicos mexicanos

Un cubrebocas transparente diseñado por investigadores mexicanos llega al mercado

En los meses que ha durado la pandemia del COVID-19, diversos tipos y marcas de cubrebocas han inundado el mercado, no todos son lo suficientemente efectivos para contrarrestar el contagio y algunos otros son demasiado específicos y con requerimientos “sobrecalificados” para su uso diario.

En México, Miguel Huerta, catedrático e investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), dio a conocer el pasado 10 de julio que junto a un equipo de colegas mexicanos, desarrollaron un cubrebocas que es en esencia igual de eficiente que uno con las características del N95 y que además es incluyente al permitir leer los labios por su condición de transparencia.

Con un equipazo, estamos por terminar un proyecto súper fregón:

Un cubre bocas que permite ver sonrisas, incluyente (para leer los labios)
Re utilizable de manera indefinida. Sin riesgo de uso inadecuado. Y tan eficiente como un N95.

Y lo mejor, hecho y diseñado en México. pic.twitter.com/NARAAKBQLc

— Miguel Huerta (@MiguelHta) July 10, 2020

El cubrebocas es relevante en su diseño ya que en paralelo y en competencia con en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), el catedrático mencionó que la comparativa en innovaciones entre el mexicano y el modelo estadounidense le favorecen al nacional sobretodo en la ergonomía.

Justo el equipo de diseño @MichelleGa22 @pauramireze tuvo en cuenta la ergonomía. Te comparto algunos de los bocetos de ya hace varias semanas que marcaron la pauta para evitar ese problema pic.twitter.com/cYqvf5qSbf

— Miguel Huerta (@MiguelHta) July 11, 2020

El desarrollo de este cubrebocas fue catalogado como PAP (Proyecto de Aplicación Profesional) por la Universidad Jesuita, quienes pretenden desarrollar alternativas de solución a las principales necesidades y problemas del entorno en colaboración con diversos actores de la sociedad. 

En días recientes, la firma norteamericana LEAF compró el desarrollo de esta máscara. 

“Con dos patentes orientadas a permitir que las industrias las usen, no para monopolizar su fabricación, sino para reactivar pequeñas economías”, apuntó Miguel en su cuenta de Twitter.