Mató a decenas de personas y traficó toneladas de droga, pero ahora que se dedicará a "cantar" lo que sabe, podría salir libre y cobrar por los derechos de su imagen.
Por: Omar Porcayo
Para el 99% de los narcotraficantes que operan en América Latina, la extradición representa su peor pesadilla, de hecho a partir de ese temor, se acuñó la famosa frase de los criminales colombianos: “Preferimos una tumba en Colombia a una celda en Estados Unidos“. Sin embargo, siempre hay una excepción que rompe la regla, sobre todo cuando la condena se puede reducir a la mitad, delatando a exsocios y rivales.
Es el caso del infame sicario Edgar Valdéz Villarreal. Este ciudadano estadounidense prosperó dentro de las organizaciones criminales mexicanas comandadas por los hermanos Beltrán Leyva y Joaquín “El Chapo” Guzmán, por su habilidad negociadora y estilo sanguinario.
“La Barbie” fue detenido en México el 30 de agosto de 2010 y de inmediato contrató al reconocido abogado texano, Kent A. Schaffer. Su objetivo no era otro que el de salir de inmediato del país en el que presuntamente cometió física e intelectualmente, cientos de asesinatos.
De acuerdo con una investigación de El Universal, una vez conseguida la extradición, Valdéz Villarreal y cuatro de sus socios, negociaron con las autoridades estadounidenses para brindar información de su propio cártel y de las bandas rivales.
Entre otros indicios del arreglo, el diario mexicano apunta que el narcotraficante cambió su declaración de inocente a culpable. Con esta estrategia podría reducir a la mitad una previsible condena de 20 años en prisión.
Por si fuera poco, el gobierno estadounidense ordenó reservar la información del caso que está siendo llevado en la Fiscalía del Distrito Norte de Georgia.
“No quería pasar 10 o 15 años en México si después tendría que pagar sus delitos en EE. UU. Quería regresar a su país y enfrentar los cargos en su contra, no quería desperdiciar el tiempo como otros capos”, contó Schaffer a El Universal.
Valdéz Villarreal nació en Laredo, Texas, y de ser un criminal menor en Estados Unidos, llegó hasta la cima del narcotráfico en México. Su popularidad ha crecido tanto que se le ha rebautizado como el “American Drug Lord” y hay interés en llevar su vida a la pantalla grande.
En enero el actor Armie Hammer anunció que adquirió los derechos para producir un retrato sobre la vida del chicano que se codeó con los capos más peligrosos.
“Ser propietario de los derechos de la vida de ‘La Barbie’ era la cosa más importante para nosotros. Sabíamos que el tener acceso directo a él significaba el acceso a las historias que nunca fueron destinados a ver la luz del día”, dijo Hammer en BuzzFeed News.
Esta no es la primera vez que productores de cine y televisión quieren explotar la vida de los narcotraficantes. Está el caso de “El Chapo” Guzmán, quien incluso ha reclamado regalías a Netflix por la explotación de su imagen.
Entonces el futuro de “La Barbie” ya no es tan oscuro como parecía. Después de su tiempo de servicio como soplón, podría salir libre y con una buena suma de dinero por su película.
No parece un mal negocio, para alguien que se dedicó una década a distribuir droga y degollar a personas. ¿O sí?
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