La integración de las comunidades indígenas sigue siendo un pendiente para México, sin embargo hay historias de superación y éxito que llenan de esperanza.
Ana Griselda López Salvador es una joven otomí del estado de Hidalgo, México, que se graduó con honores de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la licenciatura de Pedagogía.
La joven formó parte del Sistema de Becas para Estudiantes Indígenas de la UNAM, que apoya a cientos de alumnos de 36 pueblos originarios para que cursen más de 100 licenciaturas.
Con la presencia de su familia, que honró las tradiciones de su comunidad, Ana Griselda recibió su título y reconocimiento por destacada carrera universitaria.
Para graduarse la hidalguense presentó su tesis: “Presencia y ausencia de la lengua hñahñu en la educación multigrado: el caso de la escuela primaria general Venustiano Carranza de Vazquez, Ixmiquilpan, Hidalgo”.
El trabajo académico de la próxima educadora buscaba aportar al contexto actual de las comunidades.
“No se trata de volver a un pasado idealizado, sino de encarar los problemas de las sociedades contemporáneas, aprendiendo de nuestras raíces”, dijo en 2016 durante una ceremonia en la que estuvo presente el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers.
La UNAM ha sido plataforma de exitosos estudiantes indígenas como el caso de Ricardo Pedro Pablo quien acaba de recibir un doctorado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
Nativo de Tuxtepec, Oaxaca, Ricardo salió de su comunidad sin un centavo en el bolsillo rumbo a Ciudad Universitaria, en la Ciudad de México, donde concluyó con éxito sus carrera en la Facultad de Química, para en 2017 recibir el Premio Nacional de la Juventud.
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