Para México no hay ningún acuerdo que valga negociar su dignidad.
Por: Omar Porcayo
Por primera vez desde que inició el trajín de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, los empresarios mexicanos han puesto sobre la mesa la posibilidad de que su país abandone el acuerdo por los condicionamientos que trata de imponer el gobierno de Donald Trump.
Sí, una salida digna y esperar por otro presidente estadounidense que tenga mejor disposición, son los caminos que se plantea la iniciativa privada de México ante las propuestas inaceptables que han recibido.
“Sí existe la posibilidad de que nos levantemos de la mesa, si los socios nos piden que cumplamos condiciones que ya no corresponden a nuestra realidad”, dijo en conferencia de prensa este martes, Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
Castañón resaltó la infraestructura económica que ha logrado México y su posicionamiento dentro de las economías emergentes, que le permitirían buscar nuevos socios, especialmente en Sudamérica.
Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario, reveló que los negociadores estadounidenses propusieron barreras comerciales como no aceptar frutas y legumbres de México, en temporadas en las que hay suficiente producción interna en la Unión Americana.
“El sector agroalimentario, en el tema estacional, es la primera agresión que se recibe. Hay presiones de freseros de Florida, de los que cultivan blueberries en Georgia, que quieren acceso de México en cierta época del año. Quieren poner condiciones que en la temporada que Florida o Georgia produzcan fresas o blueberries, México no va a exportar o se le pone un gravamen”, denunció tras la tercera ronda de negociaciones.
“Eso es inaceptable”, dijo molesto De la Vega. “Preferimos una salida digna y aguantar dos años bajo las reglas de la Organización Mundial de Comercio para esperar al siguiente presidente de EE. UU., que hacer un mal acuerdo por los próximos 25 años”.
México se ha manifestado dispuesto a escuchar a las partes para llegar a un acuerdo, pero a la luz de los primeros indicios, parece que el gobierno federal es el único interesado en boicotear la negociación, ya que cámaras de comercio y empresarios estadounidenses, han vaticinado un “desastre” en caso del fin del TLCAN, instaurado en 1994.
“Si Estados Unidos abandonara el TLCAN sería un grave error para el país”, dijo Thomas Donohue, líder de la Cámara de Comercio.
En el Valle Central de California y el centro de Texas, los empresarios han expresado abiertamente su urgencia de mantener el acuerdo con México, pues se trata del primer destino de sus exportaciones. Tan solo Texas intercambia con México más bienes y servicios que con cualquier otro socio, por lo que medio millón de empleos en el estado, dependen del TLCAN.
“Renunciar al TLCAN sería un desastre económico, político y de seguridad nacional”, explicó Donohue en una editorial publicada en The Wall Street Journal.
Pues bien, como dirían por ahí, los negociadores de EE. UU. no deberían tentar su suerte, ya que “el valiente vive, hasta que el cobarde quiere”.
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