"Solo aumenta la probabilidad de que este tipo de equipo militar de alta gama sea mal usado", dicen analistas.
HAGERSTOWN, Maryland, EE.UU. (AP) — Si el presidente electo Donald Trump cumple su promesa, diversos equipos militares -como lanzagranadas, bayonetas, vehículos blindados y armas de alta potencia- estarán de nuevo a disponibilidad de los departamentos de policía estatales y locales de Estados Unidos. Varios departamentos de policía han dicho que le recordarán su promesa de campaña a Trump.
En 2015, el presidente Barack Obama emitió una orden ejecutiva para restringir el acceso policial a esos equipos, en medio de quejas por el uso de vehículos blindados y otros equipos militares por parte de los departamentos de policía.
Ese tipo de artículos se usaron para enfrentar a los manifestantes en Ferguson, Missouri, después del tiroteo fatal del joven negro Michael Brown. Desde entonces, los funcionarios federales dicen que han decomisado a policías estatales y locales más de 1.800 artículos, que han sido destruidos en prácticas de tiro al blanco o eliminados de otros modos.
En respuesta, las policías estatales y locales han protestado, insistiendo en que los vehículos y el equipo de guerra les ayudan a proteger la vida de sus agentes y a la seguridad pública. Citaron como ejemplo un vehículo blindado de oruga que fue clave en el manejo policial de un tiroteo fuerte en un edificio oficial del condado en San Bernardino, California, en diciembre de 2015.
Durante su campaña, Trump se puso del lado de la policía. En septiembre, prometió rescindir la orden ejecutiva. Lo hizo en una respuesta escrita a un cuestionario de un gremio de la policía, lo que le ayudó a obtener el aval de la organización.
El equipo de transición Trump no respondió a las preguntas de The Associated Press sobre la orden ejecutiva.
El director ejecutivo de la Asociación Nacional de Sheriffs, Jonathan F. Thompson, dijo que su grupo ha presionado sobre el tema en reuniones con el equipo de transición de Trump. El director ejecutivo de la Asociación Nacional de Organizaciones Policiales, William J. Johnson, se dijo animado por las conversaciones que ha tenido con los representantes de Trump antes de las elecciones del 8 de noviembre.
“La sensación que tenemos es que nos escuchan y que comparten nuestras preocupaciones”, afirmó.
El profesor de la Escuela de Estudios de Justicia de la Universidad Eastern Kentucky Peter Kraska, que ha estudiado la militarización de la policía, dijo que la orden ejecutiva de Obama tuvo poco impacto porque había una relativamente poca demanda para los artículos prohibidos.
“Fue una política más simbólica que algo sustantivo”, opinó.
La orden de Obama también impuso requisitos para el mantenimiento de registros, la supervisión local y la capacitación para la adquisición o el uso de otros excedentes de equipo militar, como vehículos blindados con ruedas, pero estos obstáculos aparentemente no han sido suficientes para disuadir a las agencias para obtener el equipo.
McCaskill dijo que 183 agencias policiales han recibido vehículos antiminas y antiemboscadas (MRAP), a través del llamado programa 1033 en lo que va del año. Eso es más que los 165 MRAPs que fueron distribuidos en 2013.
Sin embargo, dijo Kraska, no hay nada que justifique que la mayoría de los departamentos de policía tengan ese equipo.
“Solo aumenta la probabilidad de que este tipo de equipo militar de alta gama sea mal usado”, opinó.
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