Reconocen al primer indígena mexicano aceptado en el MIT

#HuarachesIncansables: Reconocen al primer indígena mexicano aceptado en el MIT

"Me han dicho indio huarachudo, yo les contesto que mis huaraches son el ejemplo de que ir de a un lado a otro, es llevar tus raíces de aquí para allá".

En el prestigiado Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), hay varias decenas de mexicanos estudiando, pero ninguno como Ricardo Pedro Pablo.

Pedro Pablo es originario de la localidad de Tuxtepec, Oaxaca, y es el único indígena admitido en la universidad más importante de los Estados Unidos en la investigación científica.

Este martes el estudiante egresado de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue reconocido en su país natal con el Premio Nacional de la Juventud 2017 en la categoría de Logro Académico y hay razones de sobra por las que es merecido.

El joven narró durante la ceremonia de premiación que en su carrera escolar se ha enfrentado a múltiples obstáculos, siendo los económicos y la discriminación, los más difíciles.

“Naces pobre y mueres pobre”, recordó acerca de la regla no escrita del pueblo en que nació, sin embargo él se negó a seguir ese destino.

“Desde pequeño sabía que no quería morir pobre. No sé hablar la lengua de mi tierra, porque mi madre se rehusó a enseñarme para que no me discriminaran, porque vivimos en un país que juzga por su forma de hablar, incluso por el color de piel”, expresó.

Pedro Pablo contó que el día que dejó su comunidad para ir a estudiar a la UNAM llevaba sus libros y nada más, ni siquiera sabía dónde dormiría, pero encontró compañeros que le abrieron las puertas de sus casas en todo momento.

La discriminación no lo ha frenado. Vestido a la usanza de su pueblo, mucha gente le ha señalado por usar huaraches, pero él responde con orgullo: “Me han dicho indio huarachudo, yo les contesto que mis huaraches son el ejemplo de que ir de a un lado a otro, es llevar tus raíces de aquí para allá”.

Destacado por su nivel académico en el área de la química, Pedro Pablo aplicó para ir al MIT, probándose a sí mismo que para quien tiene hambre de crecer, no hay fronteras.

“En 2012 recibí la noticia de que había sido aceptado en el MIT. Un momento de los más emocionantes en toda mi vida”, recordó.

Como estudiante del MIT las circunstancias no han sido muy diferentes. Ha trabajado limpiando edificios e incluso ha tenido que dormir en su cubículo, pues carga con la responsabilidad de soportar económicamente a su hermana, quien tiene cáncer cerebral.

A pesar de todos los obstáculos, Pedro Pablo acepta el reto de romper esquemas, pues su país cuenta con él.

“Sé que los jóvenes podemos cambiar el rumbo de México y los sueños sí se pueden cumplir”, concluyó.

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