Desde que llegó a México la cumbia pegó. Intelectuales, gente del barrio, clase media y poperos han caído rendidos al ritmo musical.
Acetatos y grupos colombianos en fiestas llevaron la cumbia a México en los años 50. El género gustó mucho y se arraigó.
En los años 60, Mike Laure y sus Cometas hicieron de la cumbia un “ritmo tropical” por excelencia.
La cumbia se expandió rápidamente a todas las clases sociales, círculos y tipos de personas. Elena Poniatowska conoció a Gabriel García Márquez en las fiestas que Carlos Fuentes organizaba en Ciudad de México. El colombiano, que aún no había escrito “Cien años de soledad”, bailaba cumbia.
Rigo Tovar y la Costa Azul la hicieron suya y volvieron locos a los jóvenes de la barriada y vecindades de México,
pero no le dieron crédito a los colombianos.
A finales de los 70 la familia Mejía Avante conforma, luego de probar varios ritmos y como medio para subsistir, la agrupación Los Ángeles Azules, que inicialmente se llamó Playa Azul, para entonar con el nombre tropical de los grupos de época.
Conforme forjaban y buscaban un estilo musical y a su vez, los hermanos más jóvenes se unían a la agrupación, empezaban a darse a conocer tocando en fiestas de barriada, XV años, bautizos, bodas, y aniversarios de mercados comunitarios y delegaciones del Distrito Federal. Incluso hubo quienes pensaron que eran colombianos, como el presentador de este video ochentero:
El grupo se conformaba con los instrumentos más básicos, como todo grupo de inicio: bajo, órgano, piano, acordeón, tarolas, tumbas, güiro y guitarra eléctrica.
EN LOS 80
En callejones, azoteas y vecindades, en patios de escuelas o en atrios de iglesia aparecen y desaparecen los tíbiris, esas personas que organizaban sesiones de baile improvisadas donde se apretujan durante un fin de semana los amantes de los ritmos tropicales. Se renta un “sono” bastante fuerte como para hacer vibrar a todo el vecindario y se baila cumbia, merengue, vallenato, rumba, siguiendo la tradición de las fiestas callejeras que divertían a la Ciudad de México, escribió Serge Gruzinksi en el libro “La ciudad de México. Una historia“.
En los 90 la cumbia ya tenía múltiples “sabores”: cumbia norteña, cumbia sonidera (la de Los Ángeles
Azules), entre otros.
Y luego vinieron otros ritmos: quebradita, salsa, pasito duranguense, reggaetón y otros. La cumbia sonidera y Los Ángeles Azules sobrevivieron e incluso relanzaron al subgénero.
Todo ese vaivén de ritmos no alteró la cumbia. De hecho, el cronista mexicano Carlos Monsiváis escribió: “La cumbia se nacionalizó mexicana”.
En 2003 viene un giro. Los Ángeles Azules ganan un premio Billboard en la categoría Regional Mexicana en la categoría “Tema del Año” con “El Listón de tu Pelo”. Y más importante, Julieta Venegas hace un cover de esa canción y Los Ángeles Azules arriban al mundo del género pop por primera vez.
En el 2008, por falta de apoyo en México, Los Ángeles Azules se lanzaron a lo grande en Argentina, con presentaciones en importantes lugares como el estadio Luna Park y el Teatro Colonial. Son el primer grupo tropical de México que pisa escenarios de esa magnitud en la capital argentina.
En 2013 Los Ángeles Azules participan en el Festival Vive Latino y los jóvenes poperos y rockeros reciben con toda apertura a los cumbiancheros de Iztapalapa.
Y llega la reinvención nuevamente con la cumbia sinfónica. Los Ángeles Azules lo vuelven a hacer y sorprenden con un sonido urbano pulido y estrellas del pop y del rock, como Carla Morrison, Ximena Sariñana y Saúl Hernández, entre otros.
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