Sanders aceptó que Clinton ganó la candidatura a la presidencia. Aunque suene extraño, eso no significa una derrota para su movimiento y esta foto explica por qué.
¿Deben sentirse derrotados los seguidores de Bernie Sanders?
Definitivamente, no.
El senador de Vermont aseguró una y otra vez, que su campaña no se trataba simplemente de conseguir la candidatura de una persona a la presidencia. Iba más allá, hasta sacudir la plataforma política del Partido Demócrata.
Y vaya que lo logró. Con esfuerzo y a veces incomprendido, Bernie impulsó cambios en las propuestas de su rival, Hillary Clinton. Mismas que ahora tendrá que llevar a cabo en caso de ganar la presidencia.
Sudó.
Fue criticado.
Pero impulsó la plataforma política más progresista de los demócratas en la historia.
Porque de eso se trata la democracia.
Clinton comenzó su camino a la nominación presidencial, con la propuesta de un salario mínimo de $12 dólares por hora, pero la firme postura del veterano político de que lo correcto son $15 dólares por hora, la orilló a reflexionar y cambiar de opinión.
Bernie ha sido un severo opositor del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, que recientemente firmaron los Estados Unidos, mismo que apoyaba Hillary Clinton.
Para octubre de 2015, la ex Secretaria de Estado, dijo que después de estudiar a fondo el caso, rechazaba el acuerdo, por ser desfavorable para la economía interna del país.
Mientras Hillary Clinton apoyó en varios debates la pena de muerte, Bernie Sanders la rechazó con argumentos claros y contundentes: “Con tanta violencia en el mundo, el gobierno no puede también participar en las muertes”.
Al final, el partido respaldó oficialmente la postura de Sanders y esa será parte de su plataforma rumbo a las elecciones.
Su impacto entre los electores jóvenes ha sido clave en este proceso democrático y puede tener una influencia crucial en las votaciones generales. Más de millón y medio de personas por debajo de los 30 años votaron por él en las primarias.
Las minorías y la desigualdad económica, también aparecen en el radar demócrata, por influencia del senador y su movimiento.
La campaña de Sanders terminó oficialmente, pero su legado perdurará un buen rato.
¡Bien hecho, Bernie!
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