Esta mañana muchos se levantaron y escucharon a analistas y comentaristas decir que "Estados Unidos de América amaneció fraccionado". Pero en realidad, esto tiene tiempo de ser así, solo que apenas hoy nos dimos cuenta de ello.
Si somos absolutamente honestos con nosotros mismos, sabemos que durante dos décadas una mitad del país ignoró a la otra. Hablo de la cansada discusión acerca de la polarización política que existe entre los dos partidos principales de Estados Unidos. Es un hecho, en los últimos 20 años el porcentaje de republicanos que tiene opiniones altamente desfavorables de los demócratas ha incrementado de un 17 % a un 43 %, de acuerdo a un estudio del Centro de Investigación Pew. Paralelamente, la cifra de demócratas que tiene opiniones negativas de los republicanos también se ha duplicado del 16 % al 38 %.
Lo que sucede es que aunque habíamos obliterado la posibilidad del consenso, a pesar de tildar a la otra parte como ignorante o insensata, tomamos por sentado que los ideales de la Unión Americana serían suficientemente fuertes para protegernos de nosotros mismos.
Porque es Estados Unidos —se suponía que hablábamos de THE-UNITED-STATES-OF-AMERICA, you know? No importa qué sucediera en el mundo, como país, ser la primera potencia mundial se trataba de ser cuidadores de la democracia.
Por eso vino aquí mi familia. Como muchos de los 55 millones de latinos en Estados Unidos, soy hija y nieta de inmigrantes. Estados Unidos se trataba más que de la prosperidad económica. Vivir y crecer en esta nación era sobre la promesa de que no importaba quién eras en tu país, aquí lograrías salir adelante con libertad.
Desafortunadamente no podemos olvidar la historia que acechó al mundo durante el siglo XX. No fue hace tanto tiempo que sobrevivimos al Holocausto, a las guerras civiles, al ascenso del narcotráfico y a la bomba nuclear.
Ningún país, ni siquiera Estados Unidos, está blindado de su responsabilidad de luchar por una unión cada vez más perfecta.
Acabamos de comprobar que muchos dieron esto por sentado. Creímos que estábamos exentos de participar de manera cívica en el país, de exigir cuentas, y de crear consensos. Créanme cuando les digo que nadie aquí es una víctima de este proceso. El resultado de esta elección es un fracaso compartido de los dos grandes partidos de este país. No hablo solo de un ciclo electoral, sino de todo lo que forma parte de la vida política de una nación.
Para nosotros los latinos llega un momento de profunda reflexión, pero también de acción. De parte de esta redacción:
- Trabajaremos para continuar brindándoles la cobertura original, inteligente e informada sobre el gobierno del presidente electo Trump, además de los temas de vital importancia para nuestra comunidad.
- Desarrollaremos una voz y conversaciones con TODOS los tomadores de decisiones del país, para ofrecer ser un puente entre ellos y nosotros.
- Estrecharemos los vínculos en todas las ciudades con presencia latina para tener foros y brindar espacios de conversación.
Este es el país donde Abraham Lincoln ganó la Guerra Civil y liberó a los esclavos, donde César Chávez y Dolores Huerta trabajaron por nuestros derechos civiles.
Seremos definidos más que por una retórica de odio y división, no permitiremos que deporten a nuestras familias ni nos convertiremos en ciudadanos de segunda clase.
Pero para eso tenemos que trabajar juntos.
I don’t know if it is going to be okay, but I can promise that we are going to fight for it.
Llegó el momento de reconstruir esa Unión Americana.
Romina Ruiz-Goiriena
Editora en Jefe, Prowell Media US y Fundadora de Barrio
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