El inusual proceso de desnaturalizar ciudadanos ahora es algo común.
La administración Trump ha llevado hasta límites insospechados su acometida antiinmigrante. Sus esfuerzos están centrados en reducir tanto la migración ilegal como legal, pero no solo eso, han llegado al extremo de despojar a la gente de la ciudadanía estadounidense que ya se les había otorgado.
Lo que hace 40 años era un proceso reservado para los nazis y criminales de guerra, ahora se ha convertido en una práctica común en las oficinas del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con un informe de Los Angeles Times, tan solo en una de las oficinas angelinas de migración se están revisando 2,500 casos con fines de desnaturalización. Más de 100 ya han sido turnados al Departamento de Justicia para una probable acción punitiva.
Agencias con el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) están “rascando” en papelería de hasta hace 30 años buscando posibles datos omitidos o fraudes.
“Estamos recibiendo casos donde ICE cree que hay fraude, donde nuestros sistemas han identificado que las personas usaron más de una identidad, a veces más de dos o tres identidades”, dijo a la publicación Dan Renaud, director asociado de operaciones de USCIS.
Los ideólogos del gobierno de Donald Trump han implementado una serie de medidas para contrarrestar la migración y un supuesto cambio demográfico prejudicial para la población blanca de la Unión Americana. Además de reducir considerablemente el número e visas de trabajo, buscan echar atrás el estatus de personas que llevan viviendo décadas en el país como ciudadanos.
Para el abogado de migración Carl Shusterman, la medida tiene toda la intención de encontrar hasta el más mínimo detalle para iniciar la desnaturalización. “Creo que encontrarán personas con transgresiones menores y les quitarán su ciudadanía”.
El propio alcalde de Los Ángeles, L. Garcetti, ha criticado la medida de la oficina de migración, pues tiene un claro propósito de limpieza racial y ha provocado atrasos en los procesos actuales para la naturalización de los inmigrantes.
“La nueva medida para investigar miles de casos de hace casi 30 años, bajo el inconcebible pretexto de encontrar el más mínimo problema de fraude en las solicitudes de ciudadanía, en lugar de administrar los recursos para procesar las solicitudes actuales con rapidez, sugiere que la agencia está más interesada en seguir una agenda política agresiva que cumplir su misión”, expresó Garcetti en una carta que firmaron otros 20 alcaldes del país.
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