El templo de Tláloc llevaba oculto en la pirámide 800 años.
El sismo del pasado 19 de septiembre con epicentro en el estado de Morelos, dejó una estela de devastación y desolación en México, pero como la naturaleza es caprichosa, también reveló uno de los secretos mejor guardados de la era prehispánica.
Científicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informaron del hallazgo de un templo oculto debajo de la pirámide de Teopanzolco, en la entidad morelense.
En la estructura de seis metros de largo por cuatro de ancho, se hallaron vestigios que fueron recubiertos por la parte final de la pirámide como objetos de cerámica y un quemador de incienso.
Se trata de una casualidad pues los investigadores acudieron a revisar la pirámide temerosos de que el poderoso sismo de 7.1 grados Richter la ubiera dañado fatalmente, en cambio encontraron este templo que han atribuido a la adoración de Tláloc, dios de la lluvia, en las culturas precolombinas.
“La pirámide grande sufrió una considerable reordenación del núcleo de su estructura”, dijo a BBC Mundo la arqueóloga Barbara Koniecza.
No es extraña la superposición de estructuras piramidales, pues fue una práctica que se extendió por toda Mesoamérica.
Según las primeras investigaciones podría tener 800 años de antigüedad. Alrededor de esa época (1150), la zona estaba dominada por la cultura Tlahuica, un pueblo azteca de la región central de lo que hoy conforma a la República Mexicana.
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