Un inventor tiene la respuesta exacta al megagasolinazo que tiene a los mexicanos preocupados.
Por: Omar Porcayo
México despertó la primera mañana del 2017 con la cruda de un exorbitante aumento al precio de las gasolinas. El incremento rebasó el 20 % respecto a los costos de diciembre. La medida generó enojo entre gran parte de la población mexicana que recibirá el golpe directamente en su bolsillo, pues se prevé una escalada de precios a consecuencia del alto costo del combustible.
En medio de la oscuridad por la insensibilidad de las autoridades y la frustración de la población, brilla el trabajo de un emprendedor mexicano que podría tener la solución ante esta crisis.
Gerardo Nungaray Benítez encontró la forma de producir gasolina a partir de desechos de plástico. No se trata de un prototipo, es una realidad que está lista para ser financiada y comenzar a trabajar a gran escala para aliviar el problema del encarecimiento gasolinero.
La máquina diseñada por este zacatecano, director de la empresa EcoInnova, permite generar gasolina que puede usar un auto de forma inmediata, sin adaptadores o modificaciones, de hecho, el auto de Nungaray trabaja con el combustible que él mismo produce.
Cualquier desecho del plástico a excepción de los conocidos como PETs (generalmente usados en botellas de plástico), se introducen a la máquina que a través del proceso de pirólisis, los calienta hasta convertirlos en gas para condensarlos y producir el líquido que será usado como combustible.
“Si le ponemos una tonelada de plásticos al equipo y lo procesamos, obtenemos 900 litros de un combustible de uso común”, dijo al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) este mexicano autodidácta que no cursó una carrera profesional en el ámbito científico y fue migrante en los Estados Unidos, donde se empleó en fábricas de poliducto y afinó sus conocimientos en el área.
Este proyecto le ha valido reconocimientos internacionales como el tercer lugar en 2014 del concurso del History Channel: una idea para cambiar la historia.
Nungaray confesó que su pasión por el medio ambiente comenzó cuando vio a un niño pepenador manejar sin protección desechos peligrosos en un basurero, a partir de ahí se fijó el objetivo de aportar con su “granito de arena”.
“Quienes conocen la máquina quieren el producto. Dicen: ‘Yo prefiero utilizar un combustible que resultó a partir de la basura a uno que salió de un pozo'”, agregó al tiempo que reiteró que el producto es amigable con el medio ambiente.
La solución es por demás atractiva pues podría vender litros de gasolina en ocho pesos, cuando a partir del aumento se cotiza en más de 19.
“En caso de que se pudiese vender este combustible al público, el precio sería de ocho pesos; sin embargo, aunque ya lo tenemos aquí, su comercialización no es permitida. Podríamos pensar que para que en cada municipio hubiera una refinería, necesitaría haber un pozo para que sacáramos petróleo. ¿Pero qué crees? Tenemos un basurero, eso es petróleo. Y todos tienen uno”, concluyó.
Hay una propuesta en marcha para que alguna institución pública o privada aporte los 18 millones de pesos que se necesitan para construir la microrefinería y comercializar la gasolina a partir de la apertura comercial que se genera a partir de la reforma energética.
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