Con todo en contra, este hijo de inmigrantes logra triunfar.
A la prestigiosa universidad de Berkeley ingresa un reducido 18 % de los 74,000 solicitantes que hay anualmente. Ser admitido y cursar una carrera en esa escuela de élite es todo un logro, pero cuando tienes todas las posibilidades en tu contra, resulta algo heroico.
Ismael Chamu es hijo de un indígena mexicano oriundo del estado de Guerrero que gracias a su excelencia académica fue becado y cursa la carrera en sociología. La historia del joven nacido en San Diego, California, está llena de vicisitudes y carencias, que solo han logrado fortalecer su sueño.
Este mexicano de 21 años vive junto a sus hermanos menores de 20, 17 y 14 años en una casa móvil que paga a duras penas. Tiene que dormir en el suelo y levantarse muy temprano para enviarlos a la escuela.
Se trata de uno de miles de estudiantes víctimas de la infame escalada de precios de renta de vivienda en California. Un estudio de la Universidad de California reveló que cerca de 13,000 estudiantes del sistema estatal tiene problemas para tener una casa estable, la mayoría pertenece a minorías como la comunidad inmigrante.
La presidenta de la UC, Janet Napolitano, tiene proyectado entregar 14,000 cuartos accesibles a estudiantes para 2020, sin embargo Ismael no puede esperar.
Durante el primer trimestre de 2017 el costo por rentar un apartamento en el sur de California alcanzó su máximo histórico. Impulsados por la alta demanda y poca oferta, los precios promedio de las rentas en Los Ángeles llegaron a los $1,778 dólares, de acuerdo a la firma inmobiliaria Reis. Inc. Los latinos son los que destinan una mayor proporción de sus salarios al rubro de renta. Ismael gana cerca de $1,000 dólares al mes, pero paga $650 de renta.
En medio de la complejidad, los continuos cambios de escuela y residencia, el joven ha logrado mantener su promedio de excelencia académica.
“Mi papá siempre está muy orgulloso, dice que su hijo va a Berkley”, expresó el californiano a Los Angeles Times.
Ismael ingresó en 2014 a Berkley, en parte gracias a un ensayo sobre cómo “no permitirá que la pobreza y dificultades lo venzan”.
“Es difícil”, confiesa entre lágrimas al diario angelino. “En el campus hay murales que hablan del fin de la indigencia, pero no es cierto, no termina”.
Como muchos otros estudiantes, este mexicano estuvo a punto de dejar los estudios para ayudar a su familia económicamente, sin embargo fue persuadido de eso. Aún así, mucho tiempo ayudó a su papá en trabajos de jardinería antes de la escuela, por lo que se levantaba a las 4:00 a.m. para realizar esas tareas.
Como el único mexicano en su clase, sus compañeros están conscientes de la titánica tarea que está desarrollando y lo han arropado.
“Me dicen que soy muy inteligente, un buen mexicano”, dijo.
Como si fuera poco, recientemente Ismael tuvo un incidente con la policía por sospecha de vandalismo, situación que él mismo calificó como una acusación bajo carga racial.
Consciente de los problemas a los que se enfrenta un joven en sus circunstancias, fundó en la escuela el club “Hijos de Inmigrantes”. Un lugar exclusivo para esos chicos capaces de enfrentarse a todo para salir adelante.
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