Desde México le planta cara a los locos que quieren desatar una guerra nuclear.
Por: Omar Porcayo
Este año el Premio Nobel de la Paz no fue para una sola persona, el comité noruego que lo entrega, eligió a la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), en la que colabora un mexicano.
Jans Fromow Guerra, académico de la UNAM, ha dedicado 26 años de su vida a la investigación y el activismo en contra de la proliferación de armamento nuclear en la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW, por sus siglas en inglés), por lo que el reconocimiento es una inyección de aliento para continuar.
“El premio es un mensaje de que ninguna persona, país o sistema puede tener una herramienta que sea capaz de terminar con la vida en el planeta, al menos de la forma en que la conocemos”, dijo el doctor especializado en oftalmología al equipo de difusión de la UNAM.
“Es un premio que le toca a la humanidad. Muchos de los que somos miembros activos en México somos egresados de la UNAM y por eso debemos sentirnos honrados y orgullosos, pero también es un compromiso para la educación, para la cultura de la paz y la resolución no violenta de los conflictos”, explicó.
Con una carrera armamentista en curso y amenazas nucleares de líderes mundiales, el mexicano considera que la humanidad está a tiempo de reflexionar y poner un alto.
“Este galardón a veces es muy criticado, pues tiene que ver con posturas políticas y porque además de darse a instituciones, como en esta ocasión, se ha otorgado en algunas ocasiones a personas con claroscuros. Pero en este caso es acertado pues no hay ninguna justificación científica, ética o moral para la existencia de las armas nucleares”, expresó.
Aunque su país no desarrolla armas nucleares, el doctor cree que nadie se puede sustraer a la responsabilidad de actuar localmente para evitar la proliferación de esta amenaza mundial.
“Se requiere mucha inteligencia y diplomacia. ICAN e IPPNW trabajan con la idea de pensar globalmente y actuar localmente. México siempre ha tenido una idea muy clara en cuanto a las armas nucleares, y hay que recordar que el primer antecedente importante contra éstas se dio con el Tratado de Tlatelolco, que le valió el Premio Nobel de la Paz en 1982 a Alfonso García Robles”, recordó.
La llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos ha reactivado el temor de un invierno nuclear, sobre todo por sus enfrentamientos con el líder de Norcorea, Kim Jong-un, así que el premio es una declaración del Instituto Nobel en contra del discurso de ambos.
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