La mente maestra detrás del bochornoso encuentro Peña - Trump.
“Traidor”, “cobarde”, “tibio”, fueron solo algunos de los calificativos que se llevó el presidente Enrique Peña Nieto de parte de muchos ciudadanos enfurecidos por la visita de Donald Trump a la residencia oficial de Los Pinos.
Después del desastre que resultó ser la improvisada cumbre, corrieron las versiones sobre lo que realmente pasó al interior del equipo del mandatario y quién fue el promotor de tan desafortunado encuentro.
Se trata del Secretario de Hacienda, Luis Videgaray. Este amigo personal de Peña Nieto lo habría convencido de invitar al candidato republicano, según él, para calmar a los mercados internacionales sobre el futuro de México, en caso de que fuera electo.
Videgaray es asesor de Peña desde antes de ser elegido. Lo ha acompañado en su sexenio también en los escándalos, pues sobre él pesan acusaciones de conflicto de interés por la posesión de una lujosa mansión construida por un contratista del gobierno.
“Fue una pésima recomendación y una inaceptable decisión”, expresó Marko Cortés, diputado del opositor PAN.
De acuerdo con el periodista Carlos Loret de Mola, su movimiento tomó por sorpresa a buena parte del gabinete, incluida la Secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, quien ni siquiera fue consultada.
Este evento dejó al descubierto lo que mucho se sospechaba: al interior del equipo del presidente hay división y una tremenda falta de comunicación, que explican las rutinarias pifias.
“La responsabilidad final es de Peña Nieto, al no tener criterio propio y dejarse guiar por otras personas”, aseguró Rocío Nahle, diputada del partido Morena.
Los problemas del político mexiquense no se restringen solo al equipo de gobierno, su partido también ha tomado distancia ante posiciones unilaterales. Hace unos meses Peña Nieto lanzó una iniciativa para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país. Ante el rechazo de la Iglesia y el sector más conservador de la sociedad mexicana, la bancada del PRI, decidió no apoyar la propuesta de su máximo representante.
El escenario no es nada alentador para los mexicanos, que deberán seguir otro par de años soportando las desatinadas decisiones de un ejecutivo impopular, debilitado y cada vez más solo.
Ante la ola de rechazo y condena que se generó por la visita de Trump, el respaldo de los secretarios al presidente ha sido tibio, incluido el de Videgaray.
En otras palabras, tras el desastre y los malos consejos, lo dejan solo para recibir las rechiflas.
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