Armados hasta los dientes y con los peores sentimientos racistas, estos fanáticos andan sueltos.
Por: Omar Porcayo
Entre 2004 y 2009 las milicias antiinmigrantes apostadas en algunas partes del desierto de Arizona vivieron su esplendor. Los “vigilantes” se contaban por miles, siendo el “Minutemen Proyect” el que cobró más fama. Para principios de esta década se habían dispersado, sin embargo el clima político actual les ha inyectado nueva vida.
El Grupo de Reconocimiento Fronterizo de Arizona fundado por el exmilitar Tim Foley patrulla la frontera sur con armamento de grueso calibre, sin preparación y lo más importante, sin potestad para detener personas, aunque se trate de inmigrantes indocumentados.
Bajo el pretexto de luchar en contra de los carteles que trafican drogas a través de la porosa frontera con México, esta milicia explota los sentimientos racistas y antiinmigrantes de sus integrantes.
“Cuando vemos a un grupo de ‘ilegales’, normalmente somos cuatro o cinco personas armadas con armas largas. No les apuntamos pero las tenemos en modo preventivo. Les preguntamos si llevan algún arma y les registramos”, dijo Foley a RT.
Estos grupos se dicen hartos de la inacción del gobierno federal en materia migratoria, sin embargo, la administración Trump ha enfocado como ninguna otra sus baterías en una acometida antiinmigrante, va a incrementar en miles el personal de la Patrulla Fronteriza y de “La Migra”.
Los estados fronterizos tienen los más bajos índices de criminalidad del país y por si fuera poco, el número de cruces ilegales en la frontera se encuentra en su mínimo histórico.
“¡Ahora somos demasiado políticamente correctos! ¡Todos tienen miedo de dañar los sentimientos de esta gente! ¡Esta actitud políticamente correcta nos está matando y va a destruir el país! Está destruyendo todos los países, ¡mira Europa!”, expresa sin poder contener sus verdaderas intenciones.
Activistas y defensores de derechos humanos han condenado las actividades de estas milicias, pues están al margen de la ley.
Incluso el sheriff del condado de Santa Cruz, Tony Estrada, ha asegurado que estas organizaciones están condenadas al fracaso y solo pueden causar problemas.
“Hay miles de personas de la patrulla fronteriza y oficiales de los tres niveles de Gobierno para detener este problema y, aun así, tenemos retos. Imagínense una persona o un grupo que no tiene experiencia. Es peligroso y no van a tener éxito, al contrario, van a causar problemas”, dijo.
En diciembre el albañil Derrick McCoy de 20 años tomó la iniciativa de arrestar a un grupo de inmigrantes para entregarlos a la Patrulla Fronteriza, sin embargo, en el camino fue detenido y es acusado de tráfico de personas por las autoridades de Arizona.
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