Trump lo logró, ahuyentó a los vacacionistas mexicanos de Estados Unidos, en detrimento de la industria turística de su país y para beneficio de los destinos en México.
El discurso antimexicano de Trump ha tenido dos efectos en México: por un lado despertó un sentimiento nacionalista para consumir lo propio y por otro aumentó la incertidumbre respecto a la relación bilateral con Estados Unidos, de tal suerte que los mexicanos han optado por visitar sus propias playas en lugar de ir a lugares como Orlando o Nueva York.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Agencias de Viaje (Anav), el número de turistas mexicanos que viajan a Estados Unidos descendió considerablemente en el primer periodo de asueto desde que Trump es presidente.
“Ha aumentado la cantidad de vuelos dentro de México, vuelos domésticos (para esta Semana Santa), una por el dólar y por toda la incertidumbre generada por Estados Unidos con Trump”, dijo a Reforma Gustavo Almanza, presidente de la agencia que aglomera más de 2,000 agencias de viaje mexicanas.
La baja es de alrededor del 15 y 20 % de vuelos a Estados Unidos y coincide con una alza del 17.9 % en vuelos nacionales a destinos como Cancún, Los Cabos, Acapulco y Puerto Vallarta, explicó la Anav. La tendencia se repite en reservaciones hoteleras a ciudades predilectas para el shopping como McAllen y Laredo.
Y es que en México han permeado las noticias de agentes de inmigración estadounidenses negando la entrada a turistas mexicanos.
“Hay mucho miedo por parte de los pasajeros por el tema de las visas, todo lo que se está viviendo y pensar ‘¿qué pasa si me quitan mi visa?’. Mucha gente también por eso está volteando a destinos nacionales”, explicó Almanza.
Las pérdidas para la industria turística estadounidense por el desdén de los viajeros mexicanos serían cuantiosas, si consideramos que tan solo en 2016 representaron el 25 % del total de los visitantes con una derrama económica que ronda los 20,000 millones de dólares.
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El número de viajes a Europa y Canadá desde México se mantuvo estable, confirmando que se trata de un efecto directo con Estados Unidos.
Los daños a la industria turística provocados por Trump no se restringen a México. Viajeros de Europa y Medio Oriente también han preferido otro destino luego de medidas xenofóbicas como el veto a ciudadanos de origen musulmán.
Irónicamente, México no solo se ha beneficiado por el turismo nacional. Los visitantes extranjeros, muchos estadounidenses, provocaron que 2016 fuera el mejor año para su industria.
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