Los seguidores de Trump convirtieron su campaña en una especie de culto, en un dogma de fe donde los hechos y la verdad son irrelevantes.
Se han escrito cientos de análisis que tratan de comprender el casi inexplicable fenómeno de la popularidad de Donald Trump, a pesar de las notorias mentiras que les cuenta a sus agremiados todos los días. Ninguna teoría ha sido concluyente, pero la mayoría coincide en que el enojo y el racismo, apuntalan este fanatismo a prueba de todo.
El magnate republicano no ha esperado a ser presidente para romper sus promesas, estos son los peores engaños que sus huestes simplemente prefieren ignorar.
1. Más impuestos a ricos.
Nada más dulce para los oídos de la clase trabajadora, que la promesa de incrementar los impuestos a los ricos. Pues se van a quedar con las ganas. Ya sin rivales en la contienda por la candidatura, Trump dejó ver en entrevista con The New York Times, que la propuesta era otra de sus mentiras, y que de hecho, los impuestos bajarían para los potentados.
2. Hacer pública su declaración de impuestos.
Dijo una y otra vez que todos podrían ver cuánto paga de impuestos antes de la elección. Los incautos que lo creyeron deberían estar decepcionados, pues nunca podrán corroborar si es tan rico como dice, si apoya a los veteranos o cuánto aporta como contribuyente.
3. El financiamiento de su campaña.
Muchos seguidores se creyeron el cuento de que podría llegar a la presidencia autofinanciando su campaña para no tener compromisos con corporaciones y donantes. Error. A pesar de que ha vociferado que gastó de su fortuna $40 millones para obtener la nominación, sus propias estimaciones concluyen que necesita entre 500 y 1,500 millones para poder competir con Hillary Clinton en la elección general, así que ya se acercó al Partido Republicano, para elaborar una estrategia tradicional de financiamiento.
4. Incrementar el salario mínimo.
¿Acaso no todos queremos ganar más dinero?, ¿no es la promesa más vieja desde que se inventó la política? Pues no será él quien la cumpla, su discurso cambia dependiendo de dónde esté. Un día asegura que la gente “debe ganar más”, otro dice “no estar seguro” y cuando le conviene sale con un tajante “no”.
5. La prohibición a los musulmanes.
Seguro se echó al bolsillo a muchos electores con la infame propuesta de prohibir la entrada a los Estados Unidos a los musulmanes. Pues ni a los amantes de la retórica racista piensa cumplirles, ya que ahora dice que era una mera “sugerencia”.
6. Traerá empleos a Estados Unidos.
Después de tanta perorata en contra de los tratados de libre comercio con México, China y otros países emergentes, se ha demostrado que como empresario, él mismo ha manufacturado mercancía en otras latitudes.
¿Es impresionante que alguien diga tantas mentiras?, no, lo asombroso es que miles disfruten escuchándolas.
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