La conmemoración del cinco de mayo en los Estados Unidos va más allá de una simple fiesta llena de comida y alcohol, es el reconocimiento de la historia.
La celebración de la Batalla de Puebla, derivó en un “holiday” apto para vender cifras récord de tequila, comida mexicana, organizar funciones de boxeo y sacar a relucir todos los estereotipos que pesan sobre los mexicanos.
Lamentablemente esta mala interpretación ha sido propiciada por los medios de comunicación, que no dudan en etiquetar la fecha con sombreros, bigotes estrafalarios e incluso clichés equivocados.
¡Drinko de Mayo!
¡Guacamole!
¿Olé?
En 2014 la cadena MSNBC tuvo que disculparse por un desafortunado segmento en el matutino “Way Too Early”, donde se ridiculizó la fecha, reduciendo la herencia mexicana a una persona bebiendo con sombrero y otros tocando maracas.
“No fue nuestra intención ser irrespetuosos, quisimos ironizar sobre la manera en la que los norteamericanos festejan el Cinco de Mayo”, escribió en Twitter el titular de la emisión Thomas Roberts.
Las cosas no cambiaron mucho en las principales cadenas de televisión y este año es poco probable que lo haga.
Lo que los medios tradicionales desconocen es que la comunidad chicana adoptó en la década de los 60 el festejo, como un símbolo de su lucha en contra de la opresión.
La batalla que el ejército mexicano liderado por el General Ignacio Zaragoza ganó al francés en 1862, significó el principio del fin del colonialismo en toda América. No había nada más emblemático para la causa de una minoría que se abría paso en un país ajeno.
Zaragoza nació en Texas, donde la celebración fue cobrando cada día más importancia, hasta el grado en que es una fecha más relevante para la comunidad mexicana en los Estados Unidos, que para los propios habitantes de México.
En momentos en los que 36 millones de mexicanos (el número es superior si incluimos a todos los hispanos) están siendo blanco de ataques racistas impulsados por Donald Trump y su sed de poder, el Cinco de Mayo es oro molido para resaltar el verdadero valor de la comunidad en el país.
Los latino en Estados Unidos no son violadores, ni criminales; tampoco limitan su contribución a sombreros y guacamole. Es una comunidad activa, vital en la economía del país.
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