Trump pondría en jaque a los productores y trabajadores que dependen de sus exportaciones a México.
Por: Omar Porcayo
Impredecible como de costumbre y algo desesperado por una suma de fracasos durante sus primeros 100 días de gobierno, Trump prepara una orden ejecutiva para sacar a los Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio.
Sí, mientras México y Canadá alistan a sus equipos para las supuestas negociaciones que tendrían lugar a partir de agosto y durarían al menos medio año, fuentes de alto nivel en la Casa Blanca informaron a Politico que el proyecto se encuentra en fase de revisión.
“El proyecto, que aún podría cambiar en los próximos días, a medida que más funcionarios intervengan, indicaría la intención de que la administración podría retirarse del pacto”, indica la publicación digital, que asegura se trata de una estrategia para encontrar mejores condiciones en la renegociación.
Aunque diversos especialistas han coincidido en que el TLCAN que se firmó en 1994 ha traído más beneficios que problemas para los países involucrados, Trump retomó recientemente su retórica en contra del acuerdo. En un discurso la semana pasada en Kenosha, Wisconsin, confirmó que planea está dispuesto a abandonarlo.
“Ha sido muy, muy malo para nuestras compañías y trabajadores, y vamos a hacer grandes cambios o vamos a salir del TLCAN de una vez por todas”, expresó.
Trump nunca ha aclarado qué tipo de cambios quiere implementar. Su retórica es vaga y cita el déficit comercial con México de manera inapropiada, según analistas.
The Wall Street Journal publicó un extenso reportaje en el que explicó que el déficit que registra Estados Unidos con México no es injusto y obedece a una cadena de valor. En todo caso, el déficit más grave es con China y es cinco veces superior.
Contrario a otras órdenes ejecutivas que han sido bloqueadas por los poderes ejecutivo y judicial, Trump podría ejectuar directamente la salida de EE. UU. del TLCAN. Solo tiene que avisar con 90 días de anticipación al Congreso de cualquier renegociación de un tratado internacional.
En México el reporte no cayó nada bien. El peso sufrió una caída por la preocupación de los mercados ante un escenario en el que la industria mexicana perdiera libre acceso al mayor destino de sus exportaciones.
El Secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo dijo muy temprano que México estaba listo para las negociaciones con EE. UU. y Canadá, y que esperaban se terminaran en menos de un año. Contrario al reporte de Politico, Guajardo mantenía la esperanza de que sus contrapartes estuvieran dispuestas a salvar el tratado.
“Hay voluntad sin duda porque a ellos no les conviene que se pierdan los beneficios que se han construido para las empresas y trabajadores estadunidenses en el contexto de TLCAN”, dijo.
A pesar del huracán económico que representaría para México el fin del acuerdo, el Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, ha sido enfático en que el gobierno prefiere abandonar el TLCAN, antes que aceptar imposiciones de Trump.
Para los productores y agricultores en Estados Unidos tampoco sería una buena noticia. Texas por ejemplo tiene a su mayor socio comercial en México, son miles de millones de dólares de los que dependen cientos de empleos, esos que supuestamente Trump quiere defender.
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