Avelino Rodríguez, dueño de una taquería, sacó sus trompos de pastor a las calles para ofrecer alimento gratis a los voluntarios que trabajan sin descanso para salvar vidas.
Por: Grethel Delgado
Como dicen los marineros, solo se aprende a navegar en aguas revueltas. Y de aguas y tierras revueltas los mexicanos saben mucho, pues han enfrentando varios terremotos que, a pesar de las pérdidas, no han logrado amedrentar su fuerza para recuperarse. ¿Qué han aprendido de todo esto? Que el amor y la solidaridad son los mejores materiales para reconstruir lo perdido.
Lamentablemente las tragedias son inesperadas. Mucho más cuando se trata de desastres naturales como los terremotos. La nación mexicana, que hace 32 años enfrentó una de las mayores pesadillas que nadie pueda imaginarse, vio este 19 de septiembre una réplica de aquella fatídica mañana de 1985.
Pero estos momentos también inspiran a muchísimas personas. Hacen que nos replanteemos qué es lo esencial en la vida, que es la vida misma. Lo material se recupera tarde o temprano, pero la vida no regresa.
Tacos llenos de esperanza
Acciones de solidaridad entre personas que hasta ayer eran extraños entre sí, demuestran que la humanidad late fuerte entre los mexicanos. Y un ejemplo de ello es la hermosa labor que Avelino Rodríguez está realizando. El dueño de una taquería en la colonia Roma, en Ciudad de México, no lo pensó dos veces y extendió la mano a quienes lo necesitan.
Junto a sus empleados, llevó trompos de pastor a una zona cercana a las obras de rescate de personas atrapadas bajo los escombros. Como Rodríguez confesó a Televisa Monterrey, la idea surgió de manera conjunta del equipo de la taquería. Está seguro de que ganarán mucho más haciendo eso, pues el agradecimiento y la ayuda a los paisanos no tiene precio.
La esperanza viene en forma de tacos
Un terremoto no se puede predecir, como en el caso de los huracanes. Apenas unos segundos entre la alarma y la capacidad de reaccionar son determinantes para que las personas logren salir de las edificaciones. A veces, por desgracia, las alarmas no se activan a tiempo o el proceso de evacuación es demasiado largo. Esto provoca que las personas queden atrapadas en gigantes de concreto que se desploman como figuras de cartón.
Manos solidarias como las de Avelino y su equipo en la taquería, demuestran que el placer de ayudar al otro brilla con fuerza en suelo mexicano.
Los voluntarios que recibieron sus deliciosos tacos al pastor para tener fuerzas y seguir con sus labores, expresaron su gratitud a las cámaras de Televisa. Además, mencionaron que los tacos son una esperanza y reflejan la mexicanidad, la alegría de un pueblo que a pesar de los golpes, sabe levantarse.
¡Así se hace, México!
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