Este joven ingeniero trabaja en diminutos satélites que caben en su mano y que harán la siguiente revolución de las telecomunicaciones. Cohetes y robots designaron su vocación.
Por: Oso Oseguera
Fernando Mier-Hicks tiene 27 años, es de Aguascalientes, México, es candidato a doctor en ingeniería y estudia en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
Curioso e inquieto, Fernando desarmó juguetes en su infancia, hizo cohetes caseros con azúcar en la adolescencia, pero esta experiencia le dejó una recuerdo inolvidable y un cambio de rumbo: quemaduras de tercer grado y descartó estudiar Ingeniería Química. En su natal Aguascalientes ingresó a la Prepa Tec y aprendió robótica y programación. Luego se inscribió en Ingeniería Mecatrónica en el alma máter de su prepa y se mudó a Monterrey. A partir de ahí no volvió a estudiar en México, y ahora tiene un rutilante futuro.
Fernando diseñó una máquina que reproduce tres condiciones que no existen en el planeta Tierra: vacío (ausencia de aire), ambiente de cero fricciones y plasma espacial.
Autodidacta, entusiasta, ferviente creyente del “sí se puede” y del tesón, Fernando es una generosa persona que comparte sus conocimientos y vuelve a México a la menor oportunidad para dar charlas.
En su página web pueden leerse las universidades de renombre por las que ha llenado su cabeza de conocimiento: Tec de Monterrey (Ingeniería en Mecatrónica), Carnegie Mellon University, Willow Garage, donde aprendió diseño asistido por computadora (CAD).
En 2012 fue admitido “tempranamente” en el programa de aeronáutica y astronáutica del MIT. Mientras estuvo en Boston trabajó con el profesor Paulo Lozano en el Laboratorio de Propulsión Espacial. Hoy es candidato a doctor en este laboratorio y su investigación es entorno a la propulsión en el espacio.
Durante sus estudios de maestría y doctorado se enfocó en el diseño, construcción y desarrollo de satélites diminutos (del tamaño apenas de un libro de 200 páginas). Estos dispositivos tendrán el poder de comunicar al planeta entero y revolucionar la industria de las telecomunicaciones.
El Laboratorio de Propulsión Espacial alberga experimentos para la investigación y educación de candidatos del MIT, ofrece la infraestructura para apoyar las investigaciones en el campo de la propulsión espacial del Departamento de Aeronáutica y Astronáutica de EE. UU.
Entre sus logros, Fernando y el equipo con el que trabaja ha logrado una reducción de hasta 30 % de los satélites en su tamaño. Y como le dijo a la revista Technology Review en español, publicación del MIT: “En 2015 se lanzaron dos [satélites] CubeSat (de estos pequeños) que incorporaron tecnología de vanguardia y este año se lanzaron otros dos con las mejoras introducidas”.
El futuro de este joven ingeniero es centelleante como una estrella, es grande como el planeta y se concentra en circuitos y diodos que caben en su mano. Ya montó una empresa, Accion Systems, pero se apartó de ella para concentrarse en sus quehaceres académicos. Y ya volverá a este esfuerzo para echarlo a volar.
Fotos tomadas del sitio web fernandomierhicks.com.
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