Se coló en la organización para poder aprehender a otros paisanos como él.
Marco Antonio De la Garza Jr. nació en México y emigró a Estados Unidos de manera irregular. A diferencia de millones de paisanos que buscan una vida mejor y oportunidades para trabajar honestamente, este hombre de 37 años ingresó a la Patrulla Fronteriza con documentación apócrifa y trabajó ahí durante seis años.
Una investigación encontró que De la Garza dijo haber nacido en Brownsville, Texas, pero en realidad es originario de Matamoros, Tamaulipas. Una corte federal de Tucson, Arizona, ahora lo acusa de cargos graves como fraude en pasaportes y declaraciones falsas en su aplicación federal.
Desde abril de 2012 este mexicano se encargó de patrullar la franja fronteriza buscando detener a otros que como él, cruzan en busca del sueño americano.
No está claro cómo De la Garza logró burlar los protocolos de contratación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), sin embargo este caso hace patente que la agencia ha relajado sus procedimientos con tal de subsanar el crónico déficit de agentes.
Trump anunció a principios de su administración su intención de contratar 5,000 nuevos agentes de la Patrulla Fronteriza, aunque en ese entonces se registraba la falta de 1,600 de los 21,000 efectivos aprobados por el Congreso.
Sin candidatos suficientes, diversas autoridades pidieron eliminar requisitos clave para mantener un mínimo estándar de servicio, como es la prueba del polígrafo.
La prueba del polígrafo se realiza para detectar a personas con antecedentes criminales o miembros de la delincuencia organizada que quieren infiltrarse al cuerpo, en este caso, personas con documentación apócrifa.
En días recientes se han evidenciado las tácticas deleznables de algunos oficiales fronterizos, lejos de una vocación de servicio y protección. Desde destruir ayuda humanitaria en el desierto, hasta jalonear a una madre de familia enfrente de sus hijas para detenerla.
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