¿Qué tipo de confianza puede tener la comunidad con la policía, si cuando los llamas por una emergencia terminas arrestado y en las manos de "La Migra"?
El jueves pasado un inmigrante de origen hondureño llamó a los oficiales de Tukwila, en el estado de Washington, debido a que un hombre sospechoso allanó su automóvil. La confianza del hombre en la policía se revirtió en su contra, pues su llamada solo sirvió para que lo pusieran en custodia y en manos del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Wilson Rodríguez Macarreno de 32 años llegó procedente de Honduras en 2004 huyendo de la rampante violencia que agobia a esa nación. Se estableció, se casó y trabajó desde entonces como carpintero y como líder de su iglesia local. Tiene dos niños y en parte, preocupado por ellos, fue que se decidió a llamar a la policía.
El departamento de policía de Tukwila informó que los oficiales efectivamente encontraron a un hombre en la propiedad de Rodríguez, pero no tuvieron motivos para arrestarlo. Lo que sí hicieron, fue revisar los antecedentes del denunciante en el Centro Nacional de Información de Crimen (NCIC, por sus siglas en inglés), donde encontraron órdenes administrativas de ICE en contra de él.
La oficina del jefe Bruce Linton aseguró que no hubo mala intención de sus oficiales al “confundir” una orden administrativa de “La Migra” con una orden judicial. Según la policía local, no cooperan en ese sentido con los oficiales de migración.
“Han mandado el mensaje de que no es seguro llamar a la policía”, dijo a Seattle Times, Rich Stolz, director ejecutivo de OneAmerica.
Al igual que Stolz, Luis Cortez, abogado de Rodríguez, cuestionó la legalidad del accionar de la policía y el mensaje que está enviando al resto de la comunidad inmigrante.
A broken bond between police departmens and the communities they are supposed to serve. https://t.co/HUkDHXr1iB
— Enrique Acevedo (@Enrique_Acevedo) February 12, 2018
Activistas y organizaciones proinmigrantes, insisten en que la cooperación entre las policías locales y “La Migra”, solo provoca inseguridad en las ciudades, pues se denuncian menos crímenes.
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