Crean negocios más rápido porque tienen más tolerancia al riesgo, perseverancia y capacidad de resolver problemas.
Por: Omar Porcayo
Durante más de un año, Donald Trump y sus huestes han enarbolado un falso discurso en contra de los inmigrantes, especialmente entre los menos educados. Con mentirosas cantaletas, han intentado relacionar el crimen y las drogas con ellos, pero los datos duros indican todo lo contrario: los paisanos contribuyen al país, incluso en mayor medida que los inmigrantes más calificados.
El informe “Negocios contra Prejuicios“, publicado esta semana y dirigido por Drew Callaghan, director de la campaña Alianza Americana de Negocios Independientes (AMIBA), demostró que menospreciar el aporte de la fuerza laboral inmigrante en el campo y la manufactura, es “malo para la economía” de los Estados Unidos.
“La clase trabajadora se beneficia con los trabajos y las oportunidades económicas que los inmigrantes proveen… reducir el número de inmigrantes con educación o habilidades limitadas parece una política económica inteligente, pero los datos dicen que no es así”, expresó Callaghan en el trabajo dado a conocer esta semana.
Hay múltiples investigaciones que demuestran la importancia de los trabajadores en el sistema agroalimentario, sin embargo pocas veces se había ponderado el trabajo de los inmigrantes menos educados en la creación de fuentes de empleos.
“Los inmigrantes con menos habilidades y menos educación en realidad crean nuevos negocios a un ritmo mayor”, asegura el informe, basado en datos del censo, el Centro de Investigación Pew, la universidad de Harvard, la Fundación Kauffman y el Instituto Cato.
Los inmigrantes que dejan sus países de origen sin gran preparación académica, están dispuestos a asumir mayores riesgos y su apuesta por el trabajo duro es clave. “Tienen lo que se necesita para ser un emprendedor”, asegura el reporte señalando características como: tolerancia al riesgo, perseverancia y capacidad de resolver problemas.
Trump ha emprendido una cruzada contra la inmigración ilegal, e incluso legal, al reducir las visas para extranjeros con altas capacidades que buscan las compañías de tecnología. En ambos casos el daño a la economía es palpable.
El informe, que estima que los inmigrantes de menos educación colaboran a la economía con 20,000 millones de dólares al año, también destaca que las zonas rurales y post industriales que generalmente habita esta comunidad, se benefician, ya que “renacen” con ellos.
“Aceptar y darle la bienvenida a inmigrantes y refugiados no sólo es algo humanitario, sino también una estrategia inteligente de desarrollo económico… Si Trump realmente está preocupado por trabajos, salarios y familias trabajadoras, sería sabio que él reconociese las contribuciones que los inmigrantes realizan a la economía y las comunidades en Estados Unidos”, concluyó.
Las voces a favor de la regularización de millones de inmigrantes que laboran en el campo, las granjas, la industria de la construcción y los servicios, no proviene solo de activistas. Los empresarios han urgido al gobierno federal a resolver la falta de mano de obra que impacta sus negocios cada año con mayor severidad.
“Su capacidad para el trabajo duro, para romperse la espalda es su identificación en la vida. Pero la burocracia de Washington no los estima como ‘inmigrantes valiosos'”, expresó el senador republicano Jeff Flake, uno de los más críticos con Trump en temas de inmigración, en una poderosa editorial en The New York Times titulada: “Necesitamos inmigrantes con habilidades, pero el trabajo duro es una habilidad“.
“Estados Unidos solía ser un lugar en el que con tan solo la fuerza de tus manos, podrías crearte una vida. Eso es todo”, expresó Flake.
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