Ciudadanos estadounidenses quieren ayudar a latinos inmigrantes que sean deportados y tengan que dejar a sus hijos
Por: Oso Oseguera
En tiempos difíciles el ser humano también muestra su mejor cara. Ruth Silverberg y su familia decidieron “conocer” a una familia de mexicanos. Así que acudieron a su casa a practicar su español y aprender a cocinar. La velada resultó entusiasmante.
“Esto es chile. Pica, spicy”, le dice Torres —una inmigrante mexicana— a Ruth, su vecina estadounidense.
“I like spicy”, le responde, concentrada en su tarea de aprender cómo se cocina una tinga de res mexicana.
¿Por qué quiere Ruth aprender a cocinar? Porque en caso de que Torres o su marido sean detenidos o deportados, también está dispuesta a hacerse cargo por un tiempo de los dos hijos de esta mexicana, relata un diario.
Así como Ruth, 30 estadounidenses conviven y aprenden las costumbres de los latinos y charlan sobre cómo podrían ayudarles, incluso con la opción de darles cobijo temporal en caso de que sus padres sean expulsados de Estados Unidos.
Ruth es profesora en la universidad y vive en la pequeña isla frente a Nueva York, Staten Island, con su hijo de 24 años.
Esta iniciativa y las cenas para “conocerse” las organiza La Colmena, una grupo local de ayuda a inmigrantes. En estas cenas amigables se intercambian números telefónicos y cada quien prepara un platillo distinto.
A raíz de esto fue que se han organizado clases de español y tienen chats comunitarios en sus celulares para avisarse, por ejemplo, de alguna redada en las cercanías.
Michael DeCillis, expolicía y profesor de estudiantes con discapacidades, expresa que ofrecería su casa a inmigrantes que lo requieran. En tanto, los acompaña a una cita médica o los auxilia para obtener servicios públicos si es que tienen miedo de aproximarse a una oficina gubernamental.
DeCillis tiene 45 años, creció en Staten Island y ahora vive en Brooklyn con su esposa dominicana. Él dice que ayudar a los latinos es una responsabilidad personal y cívica ante los tiempos difíciles.
Según cifras municipales, unos 500,000 inmigrantes no autorizados viven en la ciudad de Nueva York. Unos 20,000 mexicanos radican en Staten Island, el único condado neoyorkino donde Trump ganó las elecciones presidenciales.
“Estos no son los Estados Unidos en los que yo crecí o el país que yo quiero conocer, así que estoy luchando contra todo esto”, dijo.
¿Y los hijos de mexicanos nacidos aquí que dicen? ¿Vivirían con estos estadounidenses que apenas conocen? “Sería difícil, pero superaría mis miedos y al final haría que mi mamá se sintiera orgullosa de mí”, dice José Juárez, de 13 años, hijo de Torres.
Fotos e historia vía AP.
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