Esmeraldas con hojas y espinas que los mexicanos llevan en la sangre.
Por: Omar Porcayo
La amorosa relación entre la planta de agave y México es milenaria y no es una simple casualidad. Desde hace más de 7,000 años los agaves y los magueyes han iluminado el paisaje de casi todo el territorio mexicano, dando forma a su cultura y a su economía.
La palabra agave, que proviene del griego y quiere decir “noble” o “admirable”, no podía describir de mejor manera a esta planta monocotiledónea, que ha sido aprovechada desde los tiempos de los primeros pobladores en Mesoamérica, de todas las formas imaginables.
![](https://i0.wp.com/esbarrio.com/wp-content/uploads/2017/10/agave.jpg?ssl=1)
Porque es esta planta la que perfiló el abanico de bebidas que México le ofrece al mundo: tequila, mezcal, aguamiel y pulque, todos productos de sus hojas dispuestas en espiral, verdes e inconfundibles.
Las bebidas quizás son su producto más conocido, pero están lejos de ser el único. Los mexicanos han sabido utilizar “su planta” como alimento, medicina, combustible, calzado, vestimenta, abono y ornato; además de material de construcción y elaboración de implementos agrícolas.
Bueno, ni los gusanos que viven entre sus raíces se salvan de ser aprovechados.
Y es que literalmente el agave es la planta de los mexicanos. De las 210 especies que hay en el mundo, 159 crecen en México, 119 son endémicas y 88 microendémicas, es decir que habitan en menos de 30,000 kms. cuadrados.
![Tipos de maguey Tipos de maguey](https://i0.wp.com/esbarrio.com/wp-content/uploads/2017/10/tipos-maguey-1920.jpg?fit=1024%2C1024&ssl=1)
De acuerdo con Abisaí García Mendoza, autor de “Los agaves en México“, su abundancia se debe a la heterogeneidad del terreno mexicano, con su peculiar clima y suelo. Incluso eventos históricos han influido para su domesticación y extensión por más del 80 % del país.
“México es el país de los agaves, esta planta refleja la biodiversidad que caracteriza a la nación, es parte primordial de los paisajes mexicanos”, describe García Mendoza, colaborador de Agared, una iniciativa que promueve la cultura de este recurso.
Agave, pita, maguey, cabuya, fique o mezcal, son “esmeraldas” con hojas y espinas, que han resultado más valiosas que el oro para un país que las atesora y las lleva en su sangre.
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