Muchos jóvenes tienen la oportunidad de conocer la riqueza de sus raíces culturales.
Por: Grethel Delgado
Conocer de dónde venimos es uno de los impulsos principales cuando comenzamos a hacernos preguntas más profundas.
Suele ocurrir en la adolescencia, pues tenemos una idea más concreta de quiénes somos y estamos listos para conocer la historia.
Así piensan muchos jóvenes méxico-estadounidenses que escuchan las anécdotas que les hacen sus padres sobre México. Sentados a la mesa, oyen hablar de la receta que hacía la bisabuela, y la prueban asombrados, como si en cada bocado retrocedieran en el tiempo.
Sus padres llegaron a Estados Unidos con una maleta y muchos sueños. Lo dejaron todo, o casi todo, pues trajeron la cultura mexicana, sus costumbres, religión y culinaria.
Las tradiciones se llevan en la sangre
El encanto de las historias familiares les hizo armar un pasado al que pertenecen, aunque vivan muy lejos.
Hay gran cantidad de millennials de raíces mexicanas en los Estados Unidos. Muchos no conocen el país de sus padres, o lo visitan en vacaciones, como simple actividad turística.
Una de las mejores formas de conectarse con las raíces es el encuentro directo con el pueblo, la ciudad, el país de sus antepasados. Por eso hay millennials que viajan a México para conocer de primera mano las tradiciones y costumbres del país en el que nacieron sus padres.
Así aprenden a valorar el inmenso acervo cultural de sus familias. Visitan las comunidades indígenas y aprenden los secretos y las tradiciones que les precedieron y que aún se mantienen vivas.
Gracias a la iniciativa “El Sueño Mexicano”, muchos millennials planean visitar varias comunidades indígenas. El encuentro tendrá lugar en el verano del próximo año. Los méxico-estadounidenses realizarán actividades en conjunto con empresas de turismo ecológico, para acceder a las bellezas naturales del país.
Podrán conocer el Valle del Mezquital, en Hidalgo, también la selva Lacandona, y convivir con comunidades tzotziles y tojolabales, entre otras.
Tendrán el privilegio de conocer más a fondo la historia de varias comunidades, las características sociales de las mismas, así como sus desafíos. Varios proyectos de ecoturismo fueron seleccionados para este intercambio por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El intercambio propone que los jóvenes (estudiantes interesados en ideas de emprendimiento) aporten tecnologías que renueven los procesos de trabajo. Sobre todo, la intención es lograr una conciencia de desarrollo sostenible en estas empresas mexicanas.
La iniciativa fue presentada en Texas, el pasado 19 de diciembre, en la Universidad de Rice, con la participación de varias instituciones mexicanas.
Sin duda será un verano provechoso e inolvidable para estos muchachos.
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