A pesar de que ayudaron a reconstruir tras el huracán Irma, siguen los abusos.
Igual que cientos de trabajadores inmigrantes, 20 empleados de la empresa contratista “Superior Staffing“, ayudaron a la reconstrucción de la infraestructura dañada por el paso del huracán Irma en la Florida. Algunos dejaron otros trabajos y se fletaron en jornadas de más de 12 horas, sin esperar que su empleador no les quisiera pagar y los amenazara con llamar a las autoridades de inmigración.
Valeria Omar es una de las trabajadores que denunciaron públicamente a la contratista propiedad de Daniel Paz, de fraude laboral y amenazas raciales.
“Dejé mi trabajo para irme con ellos porque me ofrecieron buen dinero. Trabajé todos los días sin parar durante un mes en la demolición de paredes y limpieza, pero cuando fui a cobrar, los cheques no tenían fondos”, dijo a Mundo Hispánico la venezolana de 21 años, que trabajó demoliendo paredes y limpiando escombros.
Así de simple, la compañía “Superior Staffing” decidió no pagar los salarios a pesar de haber recibido los pagos de “Cotton Global Disaster Solution”, empresa que subcontrató el servicio y se deslindó del problema.
Al menos una veintena de empleados mostraron presuntos mensajes de texto del patrón, amenazando con llamar a “La Migra” para que deporte a los quejosos.
“Deja de molestar o migración va a ir a tu casa”, “Te voy a denunciar a migración, yo soy americano, hasta tu ID está vencida, descarado”, son algunos de los mensajes que Paz habría enviado a los trabajadores.
De acuerdo con Rodolfo Elizalde, miembro de la organización Fe y Justica Worker Center, es común que tras un desastre, las empresas se nieguen a pagar a trabajadores, especialmente si tienen una situación migratoria irregular.
“He participado en esfuerzos de reconstrucción después del huracán Katrina, en la Tormenta Tropical Allison, Rita y casi cada desastre en los Estados Unidos. Uno de los problemas claves que enfrentan cualquier trabajador es el robo de salarios”, aseguró Elizalde.
No es la primera vez que empleadores o arrendadores, utilizan la amenaza migratoria para intimidad a trabajadores o inquilinos. En Nueva York, las autoridades pidieron a los inmigrantes indocumentados que sean víctimas de ese tipo de ilícitos, denunciar a los responsables.
El problema, advierten abogados de inmigración, es que las leyes persecutorias que promueve el gobierno federal, evaporan la confianza de la comunidad en las autoridades y por lo tanto no se realizan las denuncias. Este temor está bien fundamentado, tomando en cuenta la ola de arrestos de “La Migra” en lugares antes considerados santuarios como las cortes.
Después del embate de los huracanes Irma en Florida y Harvey en Texas, la fuerza de trabajo inmigrante ha sido fundamental para la reconstrucción de la infraestructura, aunque existan este tipo de ingratos y abusivos.
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