Con una técnica fotográfica tan antigua como apasionante, se captan los rostros del festival andino Estrella de Nieve.
Por: AP
VALLE DE SINAKARA, Perú (AP) — Uno a uno, el fotógrafo de The Associated Press Rodrigo Abd sentó a bailarines tradicionales, músicos y vendedores ante una cámara de caja antigua en el valle del Sinakara de Perú mientras un colorido festival andino explotaba a su alrededor.
Estos hombres, mujeres y niños forman parte de las decenas de miles de peregrinos de alguna de las ocho naciones que acuden a este lugar sagrado en la provincia de Quispicanchis, en la región de Cuzco, para el Festival Estrella de Nieve, que se celebra cada año un poco antes de la festividad cristiana del Corpus Christi.
“Estoy orgulloso de ser otro soldado del señor de Qoyllur Rit’i”
Tras posar para los retratos, los protagonistas hablaron sobre las creencias y rituales que siguen manteniendo vivos en el siglo XXI.
“Estoy orgulloso de ser otro soldado del señor de Qoyllur Rit’i”, dijo Aldo Machaca Quispe, de 33 años, refiriéndose a la imagen de Jesucristo venerada en la región. Se sentó ante la cámara con su hijo Brandon, de 6 años, al que espera trasmitirle la tradición.
Una cámara singular
El año pasado, Abd empleó equipos digitales para inmortalizar la festividad de tres días, que coincide con la reaparición de la constelación de las Pléyades en el hemisferio sur, signo de abundancia en la cosecha.
Pero este año optó por una cámara de cajón antigua, un dispositivo primitivo construido en madera a la imagen de los empleados por fotógrafos en Afganistán durante su visita al país en 2006.
Con una lente y espacio para un laboratorio de revelado en el interior, la cámara usa tecnología del siglo XIX para producir luminosas imágenes en blanco y negro.
“La idea de hacer retratos con mi cámara de caja a los peregrinos… fue seductora”, dijo Abd sobre el proyecto. “Pero una vez sobre el terreno, el proyecto representó también una enorme complejidad logística”.
Abd y dos asistentes, Víctor Zea e Ignacio González Vigil, utilizaron tres caballos de carga para transportar la pesada cámara, su trípode, la tela negra que impide el paso de la luz durante el revelado, los químicos para este proceso y una tienda de campismo para hacer frente a las gélidas temperaturas de la planicie, que está a unos 4.500 metros (14.700 pies) de altura, en medio de una cadena montañosa nevada y adorada por el pueblo quechua.
Un tesoro prehispánico de Perú
Considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, el festival peruano incluye una peregrinación a un santuario donde hay una roca con una imagen de Jesucristo conocida como el señor de Qoyllur Rit’i, o Estrella de Nieve en el idioma quechua.
Personas ataviadas con coloridos trajes indígenas, algunas portando máscaras y otras con arpas u otros instrumentos musicales, se sentaron durante un par de minutos mientras Abd preparaba la exposición de las imágenes, la luz que entra por la lente hasta el papel fotográfico en el fondo del dispositivo.
Abd sacó impresiones en negativo de cada una de las fotografías tras el proceso de revelado en el interior de la cámara. Estas imágenes, colgadas con pinzas, se secaban con el aire andino.
Con cada una, repitió el proceso para crear una imagen en positivo.
El resultado fue una serie de impresionantes fotografías de miembros de tribus antiguas con trajes tradicionales poco conocidos más allá de los Andes peruanos.
Para el bailarín Guido Yupaniki Cereceda, rezar a dios a través del festival “es muy importante para el mundo andino. Es dios y nos quiere”.
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