A Trump "le salió el tiro por la culata".
Por: Omar Porcayo
Después de siete meses en el poder, Donald Trump no solo no resultó una calamidad para la economía de México, sino que su animadversión y amenazas económicas solo incentivaron las inversiones estadounidenses en ese país.
Sí, ante la escasez de propuestas y aprobación de reformas en materia económica, los empresarios han optado por ignorar las advertencias del presidente y aprovechar las condiciones favorables que ofrece México para inyectar ahí 2,097 millones de dólares de inversión directa en el segundo semestre del año, creando así el mayor flujo productivo de Estados Unidos a su vecino desde 2002.
“La ausencia de políticas económicas por parte del gobierno actual de Estados Unidos incentivó a las compañías estadounidenses a enviar más inversión a México, debido a que, hasta el momento, la administración de Trump no ha aprobado ninguna ley o reforma importante que favorezca a la economía de ese país”, dijo a Agencia El Universal el economista mexicano Alejandro Cervantes.
Desde su campaña presidencial, Trump eligió a México como el blanco favorito de sus amenazas económicas, advirtiendo a las empresas estadounidenses que en caso de manufacturar al sur de la frontera, cobraría un impuesto especial por introducir sus productos a Estados Unidos.
Lo que en un momento fue incertidumbre y generó la cancelación de inversiones de parte de empresas como Ford y Carrier, hoy es un optimismo que mantiene a la industria mexicana en marcha.
La Secretaría de Economía informó que fue Estados Unidos el país que más capital inyectó con un 67 % del total de las inversiones extranjeras, detonando generación de empleos, nuevas tecnologías e impulso a las exportaciones.
Estos datos cobran relevancia luego de la primera ronda de conversaciones en el marco de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Tras las pláticas iniciales, Canadá y Estados Unidos, instaron a México a mejorar los salarios de sus trabajadores, pues argumentaron poca competitividad en materia de producción y manufactura. “No podemos competir”, expresó Jerry Dias, presidente del sindicato de trabajadores canadiense Unifor.
En México varias organizaciones también están pujando porque el sector patronal mejore las condiciones de los trabajadores, aunque sea un arma de doble filo para las inversiones extranjeras.
“El problema de la renegociación no es Canadá, sino México y que sus negociadores se niegan a revisar el piso de los salarios”, agregó Dias, en declaraciones que recogió Tiempo.
Aunque los representantes comerciales de Estados Unidos se quejan del déficit comercial que hay con México debido al TLCAN, hay muchas empresas que dependen de sus exportaciones a ese país. Por ejemplo, para Texas, la economía mexicana es el principal destino de sus productos, ni todos los demás países a los que exporta juntos, suman el total de su relación comercial con México, de la que dependen medio millón de empleos directos.
A decir de las estadísticas, Trump ya no solo no asusta a la economía mexicana, sino que además la ha fortalecido.
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