El alma de la comunidad latina es dulce... literalmente.
Por: Omar Porcayo
El verdadero corazón de un ser humano se asoma ante la adversidad y estos paisanos son una muestra viva de que hasta en las peores situaciones se puede pensar en el prójimo.
Iguales que miles de personas en sus casas, trabajos y carreteras, un equipo de panaderos hispanos que laboran en la panadería El Bolillo de Houston, quedaron atrapados desde el viernes por la inclemente tormenta. Asustados y en medio de la incertidumbre, decidieron hacer algo para pasar el tiempo… ayudar a los demás.
Previendo la escasez de alimento que sobreviene en una catástrofe natural como esta, los panaderos usaron más de 4,200 libras de harina para hornear cientos de piezas de pan por iniciativa propia. Afortunadamente el local no sufrió daños y el domingo que pudieron abrir sus puestas, la gente llevó conchas, trenzas, teleras y bolillos a casa.
“La mayor parte del tiempo ellos decidieron no quedarse esperando e hicieron todo el pan posible”, declaró el encargado de la panadería, Brian Alvarado a Chron.
“La manera en que ayudaron es la única razón por la que pudimos abrir y proveer de pan a la comunidad”, reveló Alvarado.
Aunque el pan se agotó rápidamente, la panadería decidió trabajar toda la noche consciente de que lo que necesita ahora la ciudad son tantos insumos como sean posibles, así que sigue distribuyendo en sus sucursales de Wayside y Pasadena.
“Gracias por demostrar de lo que están hechos los Estados Unidos“, escribió en el sitio de Facebook de la panadería un residente de Houston de nombre Brandon Michel.
“Muchas gracias por su corazón”, le secundó Amy Randall.
Aunque los albergues están resultando insuficientes para las decenas de miles de personas desplazadas por la peor tormenta en la historia, y la magnitud de los daños resulta incuantificable, este tipo de historias comienzan a circular sanando algunas heridas y divisiones provocadas por la política en los últimos meses.
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