Si como dicen las malas lenguas, AMLO y Trump, son polos iguales, ¿se repelerán?
Los millones de mexicanos que viven en Estados Unidos seguirán con mucha atención la jornada electoral que se vivirá este domingo en México. Se trata de la elección más grande en la historia del país y una delas más trascendentes, considerando el momento por el que pasa la relación binacional con la Unión Americana, bajo la presidencia de Donald Trump.
De acuerdo con todas las encuestas, sería una sorpresa que el ganador de la presidencia no sea Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición que integran los partidos Morena, Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social. El tabasqueño saca una ventaja promedio de 23 puntos porcentuales sobre sus más cercanos contrincantes, Ricardo Anaya de la coalición Por México al Frente y José Antonio Meade de Todos Por México.
AMLO llega con entre 14 y 32 puntos porcentuales de ventaja sobre sus contrincantes
“Lo confieso, tengo una ambición legítima, quiero ser un buen presidente de México”, dijo en su cierre de campaña el político tabasqueño que ha sido calificado de populista por los múltiples detractores que se ha ganado durante sus más de 12 años que lleva persiguiendo la presidencia.
Otras voces lo han comparado con Trump por su capacidad de movilizar masas y el tesón con el que su base le muestra fidelidad. También es acusado de ser ambiguo en sus propuestas y plan de gobierno.
AMLO, como se le conoce popularmente, se ha comprometido a “convencer” a Trump para que baje su animosidad en contra de México, sin explicar cómo. Espera que la migración indocumentada se frene a partir de un acuerdo similar al de la Alianza para el Progreso que estableció en 1961 John F. Kennedy, para ayudar a América Latina.
Se ha expresado en contra de la estrategia punitiva en contra de los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, la separación de las familias y propone que tribunales internacionales y la Organización de las Naciones Unidas, intervenga para frenar los abusos.
Respecto a la renegociación del Tratado de Libre Comercio, el ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, está a favor de mantenerlo, aunque no descarta salir de él si no conviene a los intereses de la nación. A pesar de ser señalado como un dirigente populista similar a Nicolás Maduro o Hugo Chávez, los mercados internacionales han enviado señales de estabilidad frente a su inminente victoria.
Enrique Peña Nieto ya trató de utilizar la diplomacia para entenderse con Trump y lo único que ha conseguido han sido afrentas y amenazas, por lo que terminará su mandato sin una cumbre diplomática.
“En México tendrán elecciones, hay candidatos buenos, otros no tanto, pero lidiaremos con ellos”, dijo el presidente estadounidense en una de las pocas referencias que ha hecho a los comicios en México.
Para la ex Embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, AMLO y Trump comparten algunos rasgos de su personalidad, pero al igual que el resto de los candidatos, no ofrece ninguna garantía de sumisión, ni será tan complaciente como lo fue Peña Nieto.
Trump ha confesado que mira la vida de forma binaria, en la que uno tiene que perder para que el otro gane. De la misma forma ha explicado que estudia a sus contrincantes y si los considera débiles los aplasta y si los considera fuertes, negocia.
Las leyes de magnetismo más elementales dictan que polos iguales se repelen y los diferentes se atraen. Considerando esto, es poco probable que si gana AMLO lo veamos pronto haciendo migas con Trump.
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