Trump cometió el clásico error de los abusadores: subestimar a su víctima.
Por: Omar Porcayo
Para Donald Trump fue relativamente sencillo hacer de México su blanco favorito. Durante su campaña no solo atacó a los mexicanos tachándolos de “violadores y criminales”, también engañó a sus seguidores asegurando que obligaría al gobierno mexicano a pagar por el muro en la frontera y que abandonaría el Tratado de Libre Comercio de América del Norte de un plumazo.
Después de 100 días en la Casa Blanca, Trump se ha dado un frentazo con sus propias palabras, subestimó a México y lo está pagando muy caro.
¿Y el muro, “apá”?
“¡México!”, gritaban emocionados los seguidores de Trump cuando les preguntaba en sus mítines, “¿Quién va a pagar el muro?”. Ahora su diatriba se reduce en tuits y amenazas infundadas.
El gobierno podría cerrar el próximo 28 de abril si el Congreso no aprueba el presupuesto que envió la Casa Blanca. El principal desencuentro de los representantes con Trump es el dinero que está solicitando de los contribuyentes para pagar su infame pared.
“El presidente lo prometió durante su campaña. ¿No recuerdan cuando dijo que los mexicanos lo pagarían? Ahora sabemos que construirlo (el muro) costará entre 20 y 70 mil millones”, dijo el senador demócrata Dick Durbin en CNN, al respecto del debate presupuestario.
Incuso los representantes republicanos se sienten decepcionados por la falsa promesa de Trump: “Hay muchas interrogantes, esperen un minuto, este hombre dijo que los mexicanos lo pagarían y ahora está en la lista de gastos de los contribuyentes norteamericanos”, dijo Mark Sandford en el programa “State of the Union”.
El taciturno gobierno mexicano encabezado por Enrique Peña Nieto, ha reiterado que no aportará voluntariamente un solo dólar para el muro en la frontera, sin embargo Trump, volvió a “jugar la carta mexicana” este fin de semana.
“Eventualmente México pagará por el muro”, dijo el presidente en su cuenta de Twitter.
Eventually, but at a later date so we can get started early, Mexico will be paying, in some form, for the badly needed border wall.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) April 23, 2017
Un sondeo de ABC News / The Washington Post reveló que la aprobación de Trump es de 42 %, la más baja desde 1945, cuando se comenzaron a hacer las mediciones. Para analistas su fracaso con el tema del muro puede ser uno de los principales factores que influyen en el desplome de su popularidad.
“Trump cometió un clásico error de los ‘bullies’, subestimó a México”, concluyó Franklin Foer en un artículo para The Atlantic titulado “La revancha de México“, en el que analizó a detalle la relación de dependencia entre Estados Unidos y México.
El comercio, la mejor arma de México
Si bien es cierto, México depende económicamente de su relación comercial con Estados Unidos, por ser su primer destino de exportaciones, varios sectores estadounidenses también cayeron en esa dependencia y un eventual “divorcio” les afectaría por igual.
A pesar de que Trump amenaza con sacar a EE. UU. del TLCAN, agricultores y ganadores de California, Texas y Wisconsin, han llamado al gobierno a la prudencia argumentando que México es su principal mercado y dañar la relación sería catastrófico para sus negocios.
Los legisladores en México ya han presentado iniciativas de boicots y aranceles en respuesta a un posible impuesto fronterizo a las exportaciones mexicanas.
Los industriales mexicanos también han puesto su mirada en otros destinos como Asia para diversificar su mercado. El empresario Carlos Slim anunció una alianza con la automotriz más importante de China para comenzar a fabricar y distribuir automóviles en América Latina, como una oportuna respuesta a los obstáculos que Trump ha puesto empresas como Ford y General Motors para invertir en su país.
Irónicamente, Trump ha fortalecido los lazos entre México y China, en detrimento del liderazgo comercial de EE. UU.
Dadas las circunstancias es poco probable que Trump mantenga su intención de alterar drásticamente e incluso cancelar el TLCAN, o que las cámaras lo apoyen, aunque es su facultad retirar a EE. UU. de acuerdos comerciales.
Así, las promesas de Trump respecto a México se han transformado en fantasmas que lo perseguirán durante toda su administración.
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