Todos los inmigrantes son bienvenidos en Boston y aquí está la prueba.
Por: Omar Porcayo
Los antiguos barrios de Boston como East Boston y Roslindale, son mosaicos multiculturales donde se celebra la diversidad a diario: en la comida, en los idiomas, en las vestimentas y ahora en los murales de las calles.
Como una respuesta a la cruzada antiinmigrante del gobierno federal, el ayuntamiento de la ciudad impulsó el proyecto “To Immigrants With Love“ (A los inmigrantes con amor), con una serie de murales que destacan la riqueza que aportan los inmigrantes del pasado y del presente a los Estados Unidos.
“La diversidad es algo que hace muy especial a la ciudad de Boston y no tenemos miedo de celebrarlo… tengo que decirlo, la comunidad inmigrante de los años 30, no es diferente a la del presente”, dijo el alcalde Martin J. Walsh, al revelar el mural que retrata a Verónica Robles, una activista y cantante de ranchero mexicana, que fomenta las tradiciones de su país en East Boston.
Y es que personajes como el presidente Donald Trump, cuya madre fue inmigrante, hacen una terrible distinción entre los inmigrantes europeos que llegaron hace seis décadas y los hispanos o asiáticos que han arribado en los años recientes.
“Nací y crecí en México, pero vine a Boston, aquí encontré mi lugar y a mi familia”, expresa Robles, conocida como “La Mera Mera”.
“Mi misión aquí es empoderar a nuestras comunidades y unirlas, a la italiana con la hispana y asegurarme de romper esas barreras. Sé ahora más que nunca, que la gente se está hablando”, agregó la cantante, que impulsó este proyecto.
“To Immigrants With Love” es un esfuerzo que además involucra proyectos multimedia, digitales y un a web con recursos y asistencia para los inmigrantes.
Fundada en 1836, Boston junto con Nueva York, son la epítome de la filosofía americana y su amabilidad con los inmigrantes. En East Boston por ejemplo, la población de color incrementó de 1980 a 2000 del 4 % al 50 %. De hecho el 45 % de los residentes en ese sector son extranjeros, la mayoría hispanos.
Desafiando a las amenazas de Trump y el Fiscal General Jeff Sessions, Boston es una ciudad santuario clasificada entre las 10 mejores ciudades para los inmigrantes y sus calles son la mejor muestra.
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