Gracias al mexicano José Miguel Ramírez Olivos, el mundo puede echarle un vistazo a la Tierra desde el espacio.
Bien dicen que soñar no cuesta nada, lo que cuesta es despertarse y ponerse a trabajar para alcanzar los sueños. Pero a este mexicano lo que más le costaba era imaginarse haciendo otra cosa que no fuera trabajar en la aeronáutica.
El nombre de José Miguel Ramírez Olivos tal vez no sea reconocido por muchos de sus compatriotas, pero para los canadienses es el nombre del ingeniero que controla los satélites de la Agencia Espacial de su país.
Ramírez Olivos nació en la Ciudad de México, y desde que estaba en el jardín de niños supo que quería trabajar con los aviones, y cuando estaba en la primaria su papá le regaló una enciclopedia. “Recuerdo [que la portada] era la imagen de varios aviones que se estaban ensamblando en la parte del fuselaje”, dijo al CONACYT, y agregó que ese día supo que quería ser piloto aviador.
Sin embargo, su familia no contaba con los recursos necesarios para enviarlo a una universidad a estudiar esa carrera, así que tuvo que buscar otras opciones. Y terminó estudiando ingeniería aeronáutica en el Instituto Politécnico Nacional.
A estas alturas de su vida, el ingeniero sabía que no iba a poder pilotear pronto una nave, pero ya tenía bien trazado su destino: graduarse, comenzar a trabajar reparando naves, ahorrar, demostrar que era el mejor, y finalmente manejar por lo menos un avión en algún punto de su vida.
Cuando terminó la universidad sus planes fluían de la mejor forma, y comenzó a trabajar en Campeche en un equipo que le daba mantenimiento a helicópteros. Ahí conoció a unos pilotos que, al conocer su sueño de volar, le enseñaron a manejar una nave.
Después de eso, José Miguel tuvo una oportunidad en otra empresa de helicópteros, esta vez en Canadá. Así que agarró sus cosas y se fue a buscar nuevas oportunidades. Mientras estaba lejos de su país y de su familia, decidió hacer una maestría en Sistemas Espaciales en la Universidad McGill, y ya que estaba ahí, se siguió también por el doctorado.
Fue en la universidad cuando un profesor le dijo que por qué no trabajaba en la Agencia Espacial Canadiense, lo que le pareció una idea excelente y decidió aplicar para un puesto. Pero los meses pasaron y el empleo no llegaba. Hasta que después de dos años le pidieron que se presentara para hacer una serie de pruebas, y unos días después le informaron que estaba contratado y que sería nada más y nada menos que el encargado de pilotear los satélites espaciales del país.
Ahora Ramírez Olivos lleva 10 años al mando de los satélites canadienses, y es él quien se encarga de fotografiar a la Tierra, recibir información desde el espacio y asegurarse de que el sistema aeroespacial de Canadá funcione perfectamente.
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