Para ver nanopartículas, José Valenzuela Benavides ha construido tres microscopios para adentrase en el mundo de los iones.
Por: Oso Oseguera
La curiosidad llevó al doctor José Valenzuela a dejar de lado, por un rato, las nanopartículas para construir el instrumento que le ayuda a verlas y a manipularlas.
Mientras cursaba en 1987 su doctorado en Física, Valenzuela tuvo la suerte de trabajar con uno de los primeros microscopios de túnel comerciales: el NanoScope I. Este instrumento llegó al Centro de Nanociencias y Nanotecnología (Cnyn) y el académico tuvo la fortuna de posar su ojo sobre él. Pero la curiosidad lo llevó a ir más allá y se atrevió a abrirlo y desentrañar su funcionamiento.
Así que cinco años después, cuando arrancó los preparativos para la tesis doctoral, decidió armar un microscopio similar al NanoScope I. Y por si esto fuera sencillo se propuso que su invención debía trabajar en ambientes de ultraalto vacío, es decir, en una cámara de acero inoxidable a presiones bajas.
Al limpiar una superficie, permanece sin partículas por largo rato y permite que el estudio y observación sean mejores. Valenzuela confió en que si lograba desentrañar el funcionamiento –con ayuda del taller mecánico del Cnyn, de sus conocimientos amplios en electrónica y de las ganas de aportar– podría construir un microscopio.
No imaginó que este procedimiento le tomaría tres años. Para 1995, su primer microscopio de efecto túnel –a la fecha ha construido tres– funciona al alto vacío; luego construyó otro que puede trabajar bajo el agua (electroquímico).
Este microscopio electroquímico controla las reacciones químicas ocurridas en la superficie; basta cambiar un voltaje en el microscopio y los iones metálicos se moverán. Así que al observar esto se puede controlar la reacción y de manera simultánea percibir y notar los cambios en la superficie.
El tercer microscopio que desarrolló Valenzuela fue en 2010, uno que funciona en aire y que fue donado a la Universidad de La Habana, en Cuba, contó Valenzuela a la Agencia Informativa Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología).
Entre otras ventajas, los microscopios de Valenzuela salen entre 5 % y 10 % más baratos que los comerciales (que se cotizan en 100,000 dólares). Y ahora trabaja en otro microscopio electroquímico de menor tamaño.
Donde Valenzuela pone el ojo, pone la minuciosa observación y de paso genera ahorros cuantiosos a la institución y al país a los que entrega su pasión.
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