Nunca un proceso electoral en los Estados Unidos había estado tan definido por el tema de la inmigración.
Por: Alicia A. Caldwell
WASHINGTON (AP) — Se calcula que unos 11 millones de personas viven, y a menudo trabajan, ilegalmente en los Estados Unidos. Qué hacer con ellas y cómo contener la llegada de más extranjeros sin permiso de residencia es un tema candente de la política estadounidense desde hace más de una década. Y ahora más que nunca. La inmigración ilegal es uno de los aspectos centrales de la campaña presidencial de Donald Trump, que le genera muchos adeptos y también muchas críticas y confusión acerca de lo que piensa hacer al respecto.
El debate en el Congreso gira en torno a qué hay que hacer primero: si reforzar la vigilancia de la frontera y combatir más firmemente a los inmigrantes que no tienen autorización para permanecer en el país que ya se han radicado en Estados Unidos o despejar el camino para la legalización de quienes ya son parte de la comunidad. En los esfuerzos por aprobar una reforma integral a las leyes de inmigración los republicanos apoyan mano dura y los demócratas prefieren normalizar el estatus de quienes ya se encuentran en el país al tiempo que se intenta impedir la llegada de más extranjeros sin papeles. Como consecuencia de ello, se genera un estancamiento y no se hace nada.
LAS POSTURAS DE LOS CANDIDATOS
El republicano Trump postula construir un muro a lo largo de toda la frontera con México que incluya una “puerta grande y hermosa”. Dice que México debe pagar por el cerco, algo que el gobierno mexicano asegura no hará. Trump ha dicho reiteradas veces que deportará a todas las personas que estén en el país ilegalmente. Últimamente afirmó que dará prioridad a quienes han cometido delitos, pero no ofrece caminos para regularizar el status de los demás.
La demócrata Hillary Clinton propone una reforma que no solo regularizaría el estatus de quienes están en el país sin permiso sino también despejaría el camino para que muchos de ellos se nacionalicen. Ha dicho asimismo que ampliará programas que evitan la deportación de ciertos grupos, incluidos los jóvenes que fueron traídos ilegalmente al país cuando eran niños, los padres de ciudadanos estadounidenses y quienes tienen residencia permanente. Una iniciativa del presidente Barack Obama que deja en suspenso las deportaciones de los padres quedó en el aire luego de que la Corte Suprema no pudo emitir un fallo en torno a un caso en el que se cuestionó la autoridad del mandatario para expandir los programas que postergan las deportaciones.
POR QUÉ ESTO ES IMPORTANTE
El ingreso de extranjeros sin papeles está en su nivel más bajo en casi 40 años y hay varios estimados según los cuales el flujo, de hecho, se ha revertido y ahora son más los mexicanos que vuelven a su país que los que vienen ilegalmente a Estados Unidos. Esto obedece a razones económicas y también a los miles de millones de dólares invertidos en la construcción de muros, tecnología y en la Patrulla de Fronteras.
De todos modos, la frontera con México sigue siendo un tema vital para quienes sostienen que la frontera no es segura. Muchos republicanos dicen que prueba de ello es la llegada de cientos de miles de menores no acompañados y de familias enteras en años recientes. El arribo de niños y familias centroamericanas desbordó las capacidades del gobierno y fue catalogado como una crisis en el 2014.
Al mismo tiempo, el gobierno de Obama redujo significativamente el ritmo de las deportaciones tras fijar récords al expulsar del país a 409.000 personas en el 2012. En el año fiscal del 2015 fueron deportadas 235.000 personas.
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