Trump, solito y sin ayuda, ha hecho del "impeachment" una posibilidad muy real.
Por: Omar Porcayo
Si hay un pecado capital más grave que cualquier otro en la democracia estadounidense es la “obstrucción de la justicia” y parece que el Sr. Donald Trump ya lo cometió.
Un reporte de The New York Times corroborado por la agencia AP, indica que el exdirector del FBI, James Comey, escribió un memo en el que indicó que el presidente le pidió que cerrara una investigación sobre su exasesor de seguridad nacional, Michael Flynn, bajo escrutinio por supuestos vínculos con agencias de inteligencia rusas durante la campaña presidencial.
La semana pasada, Trump echó sorpresivamente a Comey de su cargo y la Casa Blanca ha dado versiones contradictorias sobre el despido.
Peor aún, al día siguiente de correrlo, Trump amenazó por Twitter a Comey y le advirtió que era mejor que no existieran grabaciones sobre sus conversaciones privadas.
James Comey better hope that there are no "tapes" of our conversations before he starts leaking to the press!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 12, 2017
Según AP, la existencia del memo ha sido confirmada por oficiales de la Casa Blanca que han dado su testimonio bajo condición de anonimato y sería la prueba más clara de que el mandatario republicano intentó influir en la investigación.
La Casa Blanca como es costumbre, se apuró a desmentir la información de los prestigiados medios de comunicación. “Aunque el presidente ha repetido su postura de que el general Flynn es un hombre decente que sirvió y protegió a nuestro país, el presidente nunca le ha pedido ni al señor Comey ni a nadie más que ponga fin a ninguna investigación, incluyendo cualquiera que involucre al general Flynn”.
“Ese es un cargo muy grave (obstrucción de la justicia)”, declaró el senador republicano de Texas, John Cornyn, abordado por los medios antes de entrar al Senado.
“Llegaremos al fondo de lo sucedido con el director. Y la mejor manera de llegar al fondo del asunto es que él testifique… No voy a aceptar un memo, quiero que el tipo se presente”, dijo enfático el republicano Lindsey Graham.
“Definitivamente puede haber un caso de obstrucción”, dijo a The Washington Post Barak Cohen, ex fiscal federal. “Pero por otro lado hay que considerar —como en cualquier otro caso criminal— que es un intento y los intentos son difíciles de probar”.
A la terrible semana de Trump se ha sumado un escándalo porque reveló información clasificada a la inteligencia rusa en una reunión en la Casa Blanca. Aunque es su derecho desclasificar secretos, cómo él mismo admitió en Twitter, distintos actores y figuras políticas han asegurado que dañó irremediablemente la confianza de aliados en el país.
“A Hillary ya la habrían destituido por algo así”, señaló la analista Ana Navarro, al recordar la postura inquisidora del Partido Republicano cuando se revelaron los descuidos de Hillary Clinton en el manejo de información secreta.
Encuestas indican que el apoyo popular para una probable destitución de Trump ha crecido, al tiempo que el congresista demócrata de Texas, Al Green, ha sido el primero que ha pedido se inicie el proceso de impeachment.
Cansados de la actitud reprobable de Trump, la solidaridad de los republicanos empieza a resquebrajarse, haciendo todavía más probable un hipotético camino hacia el juicio político.
La Constitución señala que para iniciar un juicio político, la Cámara de Representantes debe proponerlo por mayoría y el Senado debe ratificarlo. En ambas cámaras la mayoría es correligionaria de Trump, pero la paciencia tiene un límite.
Dos presidentes en la historia moderna han sido acusados de obstrucción de la justicia. Bill Clinton fue exonerado, mientras que Richard Nixon renunció antes de sufrir la humillación de la destitución.
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