Las manos de Doña Manuela guardan muchos secretos artesanales que ella se encarga de enseñar a otros.
Por: Grethel Delgado
Doña Manuela perdió la vista hace diez años. A pesar de eso, podría asegurarse que sus manos son sus mejores ojos. La destreza y el talento como artesana textil son indiscutibles.
Los Premios Nacionales de Artes, Ciencias y Literatura 2016, fueron entregados este mes a mexicanos destacados. El acto contó con la presencia de Enrique Peña Nieto.
Los premios surgieron en 1945 a partir de un decreto presidencial, y desde entonces se celebran todos los años para resaltar el trabajo de importantes figuras nacionales.
Entre los galardonados se encontraba Doña Manuela Cecilia Lino Bello, una mujer de manos prodigiosas.
Los galardonados de esta máxima distinción que puede recibir un mexicano, fueron distribuidos en varios apartados:
1. Lingüística y Literatura.
2. Bellas Artes.
3. Historia, Ciencias Sociales y Filosofía.
4. Artes y Tradiciones Populares.
En la última sección, se premiaron los bordados y textiles de Doña Manuela. El presidente de México hizo oficial el ingreso de la artista como Creadora Emérita al Sistema Nacional de Creadores de Arte, además de entregarle una medalla de oro.
Doña Manuela nació en Hueyapan, Puebla, hace muchos años, los mismos que acumulan tanta pasión por los textiles. Desde pequeña comenzó a trabajar los textiles. Su madre y su abuela le enseñaron los encantos del trabajo artesanal, que ella se ha encargado de transmitir a sus estudiantes.
También conocida como el Tesoro Viviente del estado de Puebla, Doña Manuela presidió la organización Tamachichíjhuatl por 12 años, la cual contó con unas 200 mujeres.
Doña Manuela fue descubierta por Teresa Pomar, Directora del Museo Nacional de Artes e Industrias Populares del INI (Instituto Nacional Indigenista), hace varios años. Después se presentó la candidatura de la artista para los premios nacionales. Y este año finalmente recibe su reconocimiento.
Hay muchas formas en la actualidad para teñir la fibra de lana, pero doña Manuela trabaja con las plantas. Su trabajo ha contribuido a mantener esta tradición poco usual en estos tiempos.
Los tonos que usa sirven de guía para los investigadores de la UNAM, pues forman parte de los parámetros de color con los cuales se examinan las obras de arte.
Todo gracias a sus conocimientos de tintes artesanales, que llegaron a ella de generación en generación desde tiempos prehispánicos. Por ejemplo, para obtener los colores deseados, Doña Manuela se basa en la fermentación de hierbas locales como el “tezuatl”.
Este reconocimiento nos llena de orgullo.
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