Trabajó en los campos e hizo muchos esfuerzos para estudiar; hoy es enfermero registrado y director de una compañía de salud.
Por: Grethel Delgado
Los obstáculos no lograron que el mexicano Carlos Ramírez se detuviera. Al contrario, los golpes de la vida le enseñaron a luchar y ser más fuerte.
Siendo indocumentado, trabajó sin descanso en los campos para pagarse los estudios de enfermería en la Universidad de Phoenix, Arizona.
El camino fue duro: las pocas horas del día que le quedaban para descansar, eran dedicadas al estudio, mientras compartía la pobreza con sus hermanos y sus padres en una pequeña habitación en California.
Como sus padres trabajaban hasta muy tarde, Carlos se convirtió en el padre de sus tres hermanos y parte esencial de su crianza. Todo eso, mientras trabajaba en el campo.
Nació en Mexicali, Mexico, y llegó con su familia a los Estados Unidos cuando tenía 15 años. Buscaba el sueño americano y, aunque hubo muchas oportunidades para perder la esperanza, siguió adelante hasta conseguirlo.
La brecha que hay entre el adolescente que vivía hacinado en un cuarto con su familia en Imperial Valley, California, al hombre que hoy tiene la responsabilidad de muchas personas en un centro de salud, es enorme.
El camino del éxito tiene espinas
¿Qué hizo? Comenzó a estudiar inglés y a relacionarse con estadounidenses para adaptarse al modo de vida. Su afable carácter y su versatilidad le ayudaron a ganarse la simpatía de las personas.
A eso sumamos su determinación en el estudio y su vocación por ayudar a los otros, que encontraron el mejor sitio para desarrollarlos: la enfermería.
“Tengo la oportunidad de cambiar vidas en mi comunidad”.
Gracias a su esfuerzo, Carlos aprendió a valorar el trabajo y ser comprensivo con los otros. No solo obtuvo su licenciatura en enfermería, registrándose como enfermero capacitado para ejercer su profesión, sino que se ganó el respeto de sus colegas y profesores.
“Como uno entre cuatro hermanos, esposo, y padre de tres hijos, he impulsado a mi familia para que sigan sus metas de estudio y carreras profesionales. Además, como profesional de la salud y profesor en un área con gran demanda de trabajadores de la salud, tengo la oportunidad de cambiar vidas en mi comunidad”, dijo Ramírez a Business Wire.
El viaje no termina ahí, pues Ramírez ya tiene un máster en enfermería y es director ejecutivo de la agencia AccentCare Home Health & Hospice, centro de atención a ancianos. Además, se encuentra inmerso en su doctorado, mientras imparte clases y se ocupa de su agencia.
Este mexicano es un ejemplo de perseverancia y entrega a su trabajo. Nadie, ni una ley ni un presidente, puede hacer que abandonemos nuestros sueños.
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